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SOCIEDAD - JUEVES 12 DE ENERO DE 2006


SALIDA DEL MATADERO. REDUAN

RELIGIÓN / FIESTA DEL SACRIFICIO
 

Festividad de ‘Aid El Kebir’:
media Ceuta de celebración

Los matarifes vivieron ayer una de las jornadas de mayor trabajo en carpas y mataderos n El control en las normas de limpieza marcó esta celebración familiar
 

Desde primeras horas de la mañana los corderos salieron a la calle, a lucir la lana. El paseo iba a ser corto. En la fiesta de Aid el Kebir, que conmemora la fe de Abraham, no puede faltar la carne de cordero sacrificado, como se supone que hizo el profeta, después de que Alá perdonara la vida de su primogénito.

Así que cada familia musulmana, el día en que festeja su Pascua, ata a su animal y, si no lo hace en casa, lo lleva hasta el matadero o carpa más cercana para que muera como manda la tradición religiosa: de cara a la Meca, con un corte rápido en el cuello, y desangrado. Cerca de 6.000 borregos fueron sacrificados ayer en Ceuta. El olor a carne quemada inundó la ciudad al mediodía, momento en que se quema el pelo para que la carne quede limpia y lista para convertirse en kersha, chahlia, shuza o del-â.

El primer día de la Pascua se mata al cordero, se prepara y se cocinan las vísceras. La última tarea la realizan las mujeres. Ellas también pueden degollarlo, aunque en presencia masculina únicamente. Pero lo normal es que los hombres den el corte y las mujeres guisen prácticamente todas las partes del animal: con la cabeza cocinarán un cuscus que será el plato fuerte de la segunda jornada festiva; los hígados servirán para hacer pinchitos; y la carne, guisos especiados hasta de 45 maneras. La fiesta también lo es para los niños que, entre perplejos y acostumbrados a la tradición, desfilan con chilabas bordadas y babuchas de avalorios.

Este año las lenguas azules han hecho que se incrementen los controles sanitarios y que las autoridades hayan pedido que los sacrificios se lleven a cabo en los mataderos y carpas habilitadas. Pero las bolsas granates no faltaron en ningún punto oficial; el Ejecutivo local distribuyó hasta 9.000 plásticos para recoger los restos del sacrificio. Los matarifes tuvieron uno de los días de mayor trabajo con el cuchillo y la manguera. Mucho agua para limpiar la sangre y procurar la limpieza en cada sacrificio. También los hubo caseros, a pesar de que las autoridades locales han pedido que la tradición se siga en mataderos y carpas. En Hadú, la queja era la falta de profesionales: “menos mal que aquí nos echamos una mano todos”, comenta un vecino. El cordero lo mira, irónicamente, de lado y se tumba en la calle: será una mano al cuello.
 

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