El paso del Biutz, en la frontera de Ceuta con Marruecos,
abrió ayer de nuevo sus puertas para continuar con la
actividad comercial que lo caracteriza. Con el inicio de las
fiestas navideñas, el puente interrumpió el tránsito
habitual de porteadores y compradores autónomos, para dar
descanso a los agentes policiales que lo custodian, según
informó en el mes de diciembre la Delegación de Gobierno en
la Ciudad Autónoma de Ceuta.
La apertura del paso se desarrolló con normalidad, sin
registrarse incidentes de consideración a lo largo de la
mañana. Esta puerta comercial ha generado a lo largo de los
últimos meses incertidumbre y descontento entre los
comerciantes del polígono del Tarajal que, a pesar de pedir
en un primer momento su puesta en marcha, que se produjo en
el mes de junio del pasado año, han manifestado su rechazo
al mismo tras las avalanchas de porteadores que se han
sucedido a finales de 2005. Representantes de los
comerciantes, entre los que se encontraban Ramesh
Chandiramani, presidente, y Francisco Alcaide,
vicepresidente del colectivo, se reunieron a finales de año
con el delegado de Gobierno, Jerónimo Nieto, para exponerle
sus demandas. Nieto y los comerciantes establecieron un
calendario tácito para poner en marcha medidas de seguridad
privadas, y asegurar la vigilancia en el polígono.
Los comerciantes esperan relanzar la actividad en la zona
con la reorganización de las transacciones. Desde la
Delegación se solicitó el control del tamaño de los paquetes
que circulan por el paso del Biutz, así como la correcta
utilización del puente por parte de los porteadores.
Por otro lado, tras descansar a lo largo de las fiestas
navideñas, loa agentes de la Policía que trabajan en la zona
retornaron a sus tareas habituales de control y vigilancia.
La Policía Nacional custodia el paso, ayudada por la Policía
Local (que se encarga de regular el tráfico en el polígono y
apoyar a los agentes del Cuerpo Nacional) y, en ocasiones,
por miembros de la Guardia Civil.
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La Pascua reduce la afluencia en la zona
La celebración de la Pascua
musulmana, la llamada Fiesta del Sacrificio para los fieles
de esta confesión, ha hecho que se reduzca la afluencia de
personas en la frontera con Marruecos. Fuentes policiales
informaban ayer de que el descenso se aproxima al cincuenta
por ciento. Si habitualmente el tránsito es cercano a las
25.000 personas, en los últimos dos días la cifra ha rondado
las trece mil. A lo largo de la jornada, se espera que la
afluencia de porteadores y compradores sea mínima, ya que la
Fiesta del Sacrificio es una celebración familiar que
congregará a numerosos fieles en torno a la matanza del
borrego, que conmemora la prueba de fe a la que se vio
sometido Abraham cuando Alá le pidió que cumpliera su
promesa y sacrificara en su nombre a su primogénito. Aun así
el control sobre el paso de animales será constante.
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