En un helicóptero de la Fuerza
Aérea Española tomó tierra la ministra de Vivienda, María
Antonia Trujillo. Con ella llegaron los esperados convenios
con la Ciudad Autónoma con los que, supuestamente -tal y
como dejó expresado en su firma en el Libro de Oro de la
Ciudad- se van a ver beneficiados los ceutíes.
Más ochocientas actuaciones para otras tantas familias
ceutíes, en cuanto a subvenciones, rehabilitación de
viviendas, y/o construcción que van a realizarse a lo largo
del trienio 2005/08. Además de ello, la firma con la
Sociedad Pública del Alquiler tratará de que el parque de
viviendas desocupadas en Ceuta pueda salir a la luz con
beneficios y garantías a los propietarios, así como el
abaratamiento de las mensualidades mediante ayudas
concretas.
El Palacio de la Asamblea se vistió de gala, todo hay que
decirlo, para la recepción de la señora ministra. el respeto
institucional prevaleció en todo momento y ambas
instituciones, Ciudad Autónoma con su presidente al frente,
Juan Vivas y Gobierno de la Nación representado no sólo por
la ilustre visitante, sino por el delegado del Gobierno,
Jerónimo Nieto, dieron muestra de una más que notable
madurez y de trabajo coordinado en torno al bien general de
la ciudadanía.
La ministra realizó un viaje relámpago previsto para dos
horas en un ‘pack’ en el que incluyó Melilla nada menos. Un
hecho habitual en las visitas oficiales aunque la distancia
entre ambas ciudades sea superior a los 600 kilómetros. No
deja de ser curioso.
Aún así, la visita ministerial, previa probablemente a la
gran y esperada visita del presidente del Gobierno, deja el
esbozo del desbloqueo de los terrenos de Loma Colmenar donde
se prevé la construcción de unas mil ochocientas viviendas.
Quizá una de las cuestiones más destacadas y a tener en
cuenta junto con la demanda del retorno competencial de la
materia de Urbanismo retirada por el Estado a Ceuta en la
triste y negativa época del GIL.
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