-¿Se puede?
- ¡Hombre, enano, que alegría me da verte!. ¿Cómo te va la
vida por los madriles?.
- A mi me ocurre lo mismo, jefe, siento una gran alegría
poder abrazarle después de tres años sin vernos. En cuanto a
la vida me va bastante bien. No me puedo quejar. Lo único
que noto más, cada día, en los madriles es que van quedando
menos madrileños y aumenta el número de extranjeros.
Quizás, por eso, cada vez Madrid se parece menos a Madrid.Y
desde luego, de aquel Madrid que usted vivió y conoció a
fondo, no queda ni la sombra.
Bueno, jefe, vayamos al grano, dónde están los reyes.
- Hombre, enano, me imagino que los reyes estarán
disfrutando, en la nieve, los últimos días de las vacaciones
navideñas.
- No le estoy preguntando por los Reyes de España, sino
dónde están los “regalos” que le han traído los Reyes Magos.
Porque, la verdad, no veo ni una camisa y ninguna corbata
sobre alguna de la sillas del comedor. Y, por favor, no me
vaya a decir que no le han regalado ninguna de esas dos
prendas indispensables como regalos de reyes.
- Pues no, listillo, que eres muy listillo, no me han
regalado nada de eso. Los reyes me han traído un chaquetón
de aquí te quiero ver ¿pasa algo, enano?.
- No pasa nada, jefe, sólo felicitarle por la novedad del
regalo.
- Por curiosidad, enano, qué le han regalado los reyes a tu
señora?.
- Ni me lo miente, jefe, que estoy de un cabreo de esos que
hacen época, por culpa, culpita, del regalo que le han
dejado los reyes.
- Conociéndote, como te conozco, a saber qué barbaridad
habrás hecho.
- Ninguna, se lo juro, jefe. Usted sabe que cuando nos
fuimos a Madrid, decidimos comprar una casita, que hemos ido
amueblando poco a poco. Y de esa forma, tratando de amueblar
la casita, cada santo, cada cumpleaños y tal, nos
regalábamos cosas que ayudasen a amueblar la misma.
Pues bien, siguiendo ese acuerdo mantenido por los dos, en
estas fechas de los Reyes Magos de oriente, estos le han
traído de regalo un zapatero.
Un zapatero precioso , jefe, todo laqueado en rojo. Pues, a
la señora, no le gusta el zapatero y mucho menos el color
rojo.
Me ha dicho que lo descambie porque, los zapateros ya no se
llevan, que están pasado de moda y que el color rojo pega en
el dormitorio como a un santo dos pistolas.
Vamos, jefe, para no darle más vuelta al asunto, que no
quiere ni el zapatero ni el color del mismo.
Y mire, jefe, que con más paciencia que Job he tratado de
convencerla de que en la tienda de antigüedades, donde lo he
comprado, me ha dicho que el zapatero se estába llevando
mucho este año y especialmente el de color rojo.
Es más, jefe, la dependienta me aseguró que sólo le quedaba
ese. Había vendido tres de los cuatro que poseía y sólo
quedaba el que me estába vendiendo.
Y para no engañarle, a un precio extraordinario, debido a la
gran rebaja que me realizó al comprarlo.
- No te habrán engañado, enano, porque sin llevarle ni, por
supuesto, darle la razón a tu señora sobre la compra del
zapatero, te tengo que decir y te digo, que los zapateros
están una jartá de rebajados.
Y , después, permiteme que te diga que eres mas hortera que
un gaché vestido de smokin y llevando alpargatas. Cómo se te
ocurre comprar un zapatero de color rojo. Hijo mío, eso es
una horterada de altos vuelos.
Me estoy imaginando el parche que supondrá ese zapatero
color rojo en el dormitorio con los muebles color caoba.
No es por nada, enano, perote va a quedar muy discretito el
zapatero.
Vamos, te puedo asegura que todo el que entre en la
habitación ni va a notar que hay un zapatero de color rojo
en el mismo.
Bien podías haber comprado otra cosa, y hubiéses quedado una
jartá de bien con la parienta.
Pero, claro, para saber lo que tu imaginación pueda pensar
en comprar como regalo de reyes hay que conocerte bien, y tu
esposa no te conoce como te conozco yo, que te conozco mejor
que la mare que te parió.
Que no, enano, que no, que los zapateros son unos muebles
que han pasado de moda.
-Mire, jefe, que me alegro una jartá de verlo, y venga un
abrazo que me voy que el barco sale dentro de media hora.
- Vale, enano, pero antes te voy a dar una noticia para
quese lo digas a la parienta. Paco Navas, nuestro buen
amigo, ha sido abuelo de una preciosa niña que nació el dia
uno de enero en el hospital. Y además, te adelanto que se le
va a poner el nombre de María.
- Jefe, me gustaría felicitar a Paco Navas y señora, por el
acontecimiento, así como a los padres de la criatura.
¿Usted cree qué si me doy prisa, me dará tiempo de darles un
abrazo?
- Querer es poder. Si te das prisa llegas. Como diría, Paco
Navas “ tu mismo”.
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