La imagen de un Paseo del Revellín
atestado de ciudadanos consumidores atraídos por la cercanía
de la tradicional época de Reyes, llena realmente de
satisfacción y es un guiño a lo que puede llegar a ser la
actividad comercial de índole minorista y especializada si
se unen todos los condicionamientos que tiendan a dotar al
centro de la ciudad de una personalidad propia y atractiva.
La Ciudad Autónoma ha hecho, o está haciendo su parte como
para que el sector se vea favorecido por el atractivo que
supone pasear por una zona habilitada, acondicionada y
atractiva. Y todo ello, pese a que siempre habrá alguien al
que no le convenza el que no se permita la circulación de
vehículos. Y no se debe permitir tal cosa. No hay distancias
apenas respecto de cercanos aparcamientos, más los que aún
están en fase de construcción o, incluso son proyecto.
El dinamismo de una jornada cualquiera previa a la
festividad de Reyes, a partir de las doce y media del
mediodía o bien las seis y media de la tarde, es absoluto.
Ciudadanos arriba y abajo, con la libertad y la seguridad
que les proporciona el hecho de no preocuparse por el
peligro que supone el tráfico rodado, o la comodidad que
otorga el ancho del paseo como para evitar apelmazamientos
innecesarios.
Es un regalo, sin duda, para la vista aun a sabiendas de que
esta imagen es producida por el ánimo consumista de estas
tradicionales fechas. Una imagen que podrá tener
continuación a partir del 7 de enero cuando oficialmente
comiencen las rebajas en la Ciudad Autónoma de Ceuta.
De todos modos, si acaso un respiro para los minoristas es
el hecho de que en estos días se haya consumido bastante más
que en el resto del año. Al menos para aliviar la tendencia
negativa del total del ejercicio.
El cómputo del año no es para tirar cohetes, pero la prueba
del Paseo del Revellín peatonal en tan señaladas fechas ha
dado muestra de su operatividad.
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