El paseo del Revellín, en sus primeras navidades con las
obras de la segunda fase terminadas (en un 95 por ciento a
falta de pequeños remates) presenta un aspecto abarrotado en
las horas punta de la mañana y de la tarde. La muchedumbre
ceutí volcada en esta precisa calle hace pensar que, si bien
el comercio ya experimenta un importante incremento por las
fechas en que nos encontramos, la peatonalización y
adecentación de esta calle, en la que se aglomera una buena
parte de la oferta de la ciudad, está dando resultados
positivos a la economía.
Siendo aún pronto para poder cuantificar las ventas, algo
que se realiza después del día 5, y teniendo en cuenta que
en la noche de reyes las transacciones se multiplican, el
balance que efectúan los empresarios es bastante positivo
“dentro de la crisis”. La valoración de la humanización del
paseo, sin ser un factor que supere a la evidencia de las
fechas, es tomado como “muy importante” a la hora de
dinamizar el centro urbano, “tanto a nivel económico como
social”.
“Este aspecto nuevo que ofrece la ciudad en su zona del
centro da una comodidad que no había antes. La gente sale a
pasear, se para de tertulia, ya no se trata sólo de
comprar”, explica el presidente de la asociación de
empresarios de la zona centro, Jorge Campos. Sin embargo la
apariencia del Revellín es otra a medida que se acerca la
noche de Reyes. La tradicional desidia española a la hora de
efectuar sus compras de navidad hace que el tránsito fluya
veloz a partir de las 19 horas. Las copiosas comidas y la
siesta no se perdonan en navidad pero a esta hora el ceutí
sale a la calle voraz de regalos. “El comprador de las
primeras horas es más tranquilo, mira con calma, se prueba,
pero a partir de las siete y media la gente es más exigente
y tiene más prisa. Van más al grano”, explica la encargada
de una tienda de ropa del Paseo del Revellín.
En cuanto a sectores, las preferencias fluctúan entre las
tiendas de bisutería y complementos, la perfumería y el
textil, tanto de moda como deportivo. Las primeras son las
que presentan mayores colas a la hora de pagar, si bien
están frecuentadas por una clientela más joven y por tanto,
de menor poder adquisitivo.
En cuanto al textil y el calzado, la sombra de las ansiadas
rebajas es alargada y aunque presentan el lógico incremento
de estas fechas, muchos usuarios prefieren esperar al día 7.
“Para nosotros las navidades comienzan después de Reyes”,
comenta el dependiente de una tienda de calzado en el Paseo.
Sin embargo, no todo son buenas sensaciones. Algún sector
del comercio opina que el tránsito de vehículos en la calle
del Revellín era más beneficiosa ya que permitía dejar a uno
de los cónyuges comprando, generalmente ella, mientras el
otro trataba de aparcar o daba vueltas a la manzana para
regresar más tarde y llenar el maletero de regalos. Siendo
esta una opinión real y compartida, el conjunto de los
empresarios aprueba la nueva infrestructura comercial que ha
de ser el germen del futuro Centro comercial abierto.
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