La familia de un joven, desgraciadamente ya fallecido,
protagonizó un serio altercado durante la noche del pasado
lunes al negarse a que uno de los médicos internistas de
guardia reconociese al familiar gravemente enfermo, y en
situación terminal.
Los hechos se sucedieron entre la segunda planta y el
servicio de Urgencias del hospital civil del Ingesa
alrededor de las 23’00 horas.
El enfermo, fue subido a la UCI para tratar de reanimarlo
dada su complicadísima situación que acabó finalmente con su
vida. Allí permaneció durante unos veinte minutos.
Los familiares se negaron a que el internista de guardia lo
tratase, por lo que, después de dejar bien clara su postura
con modales nada propios para el lugar donde se encontraban,
bajaron a Urgencias para que uno de los galenos del servicio
subiera.
De hecho, el momento de mayor tensión se produjo cuando en
la segunda planta, el cardiólogo de guardia tuvo que ser
protegido por la Policía Local ante la avalancha de algunos
familiares incontrolados.
Los sanitarios y los únicos dos vigilantes del hospital,
habían llamado poco antes al 092, y agentes de la Local se
personaron en las instalaciones en tiempo casi récord, lo
que evitó, a juicio del personal del Ingesa, que los
incidenetes llegasen a mayores. Tres vehículos
radiopatrullas y sus seis agentes hicieron calmar los ánimos
tensos de una familia quienes veían impotente la pérdida del
ser querido.
El personal médico y sanitario se encontraba rebasado ante
la lamentable situación que se vivía en el centro
hospitalario.
Quejas
La práctica de amenazas, intentos de agresión y agresiones,
vuelven a ser una de las grandes preocupaciones de los
trabajadores del Hospital quienes se quejan abiertamente de
la única presencia de dos vigilantes para todo el recinto.
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