La tendencia empieza a invertirse
denotando, con ello, que hasta ahora el ususario de la línea
del Estrecho de Gibraltar es menos ‘residente’. Los
controles que se vienen aplicando hace apenas unos días
demuestran que el residente ceutí no viaja tanto como
parecía.
El dato es muy significativo y refleja un uso generalizado y
casi abusivo de tarjetas de residencia ceutí para cruzar el
Estrecho.
Situación actual: el uso de billetes de residente ha ‘caido’
un 60% nada menos. Está claro que los ceutíes hemos viajado
poco en los últimos días por lo visto, lo que contribuye
pues a un gasto menor para el Estado que, en buena lógica,
escarmentado porque cada fin de semana la ciudad se quede
‘sin soldados y sin residentes’, haya mandado una
comprobación exhaustiva de los billetes bonificados.
Por otro lado, las medidas de seguridad se han implementado
para los accesos a los buques que enlazan con Algeciras,
situación que -por cierto- no ocurre en la Estación Marítima
de aquella localidad andaluza lo que significa un
incumplimiento que desfavorece y desprotege -de paso- a los
ciudadanos usuario del transporte marítimo y no están los
tiempos como para pasar por alto según qué cosas.
Pero la jornada, amén de comidas ‘navideñas’ con más o menos
espíritu dejó otro suceso en el paso del Biutz de nuestras
entretelas. Dos porteadores se liaron a mamporros y uno de
ellos cayó herido con un profundo corte en la cara. Catorce
puntos de sutura y acceso cerrado. Colapso total y nuevas
complicaciones para las fuerzas de orden público allí
destinadas.
Una vez más el Biutz se convierte en noticia por lo
negativo. Las voces que claman por su cierre son cada día
más. El delegado apuesta por la apertura de un nuevo paso
anexo al tradicional del Tarajal. Ya veremos, pero mal
asunto en general en tanto en cuanto resulte tan complicado
urbanizar a tan ingente prole compradora y porteadora.
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