¿Qué inquieren? ¿Qué como ha caído
en la Península la noticia de la movida ceutí comandada por
el juez Garzón? Pues, para que les voy a engañar, ha sido un
bombazo informativo que ha puesto al pueblo soberano de una
increíble mala hostia. Hay una especie de runruneo de
indignación y de ira contenida, así como de verlas venir, en
el sentido de que, si el tema sigue adelante se cruzan
apuestas sobre quienes serán los partidos de allí, que se
lleven la medalla de personarse en primer lugar como
acusación particular. Porque, como diría mi admirado Alfonso
Guerra: el que se mueva no sale en la foto ( o “afoto”).
Si el asunto tiene la enjundia que se presupone muchos se
preguntarán cómo ha tenido que ser la policía marroquí quien
ha dado el aviso y colaborado de forma brillante en el tema.
¿Es que los servicios de inteligencia ceutíes son víctimas
de la mosca tsé –tsé? Pero lo que se entiende en estos
momentos es la teoría neoconservadora que va subiendo como
la espuma en Europa a nivel de todos los partidos y votantes
sin distinción de ideología, en el sentido de que, en todos
los Códigos Civiles europeos aparece como causa inmediata de
la pérdida de la nacionalidad el combatir en un ejército
enemigo en tiempo de guerra. Eso es lo primero. Lo segundo
que aunará a todos los Gobiernos de Europa es el aplicar el
articulado a los culpables de terrorismo, ya que el
terrorismo es un fenómeno perfectamente organizado y los
terroristas combaten contra los países de la UE desde un
ejército enemigo que es el del terrorismo internacional. Lo
que va a salir adelante es la pérdida automática de la
nacionalidad para cualquier condenado por terrorismo,
recuperando así su nacionalidad de origen, o la de sus
padres o abuelos o bisabuelos o tatarabuelos y la expulsión
de por vida de la UE. ¿Qué que sucedería si el país de
origen se niega a otorgarle la nacionalidad? Muy sencillo y
lo están planteando: aplicar el estatuto de apátrida y
deportar a los terroristas al país que les acepte como
tales. Acomodo encontrarían porque dice el refrán que
“siempre hay un tiesto para una mierda”.
Pero, en lo que tienen razón los ideólogos, analistas y
politólogos europeos es en que hay que atajar de raíz la
ruina evidente de un terrorismo que no es europeo, que nada
tiene que ver con nosotros, que está convirtiendo la vida de
los ciudadanos europeos en un infierno de sospechas y miedo,
porque nos “han declarado” la guerra, sin comerlo, beberlo
ni regurgitarlo. Lo que opinan los politólogos es que hay
que evitar el guardar terroristas en cárceles europeas,
porque son un factor de riesgo que no estamos dispuestos a
asumir y además los ciudadanos se niegan a pagar con sus
impuestos los gastos de manutención de los criminales. La
solución en este supuesto evidente es la pérdida de
nacionalidad, recuperación de nacionalidad de origen y
cumplimiento de las penas en esos países de origen, con
aportaciones de la UE para gastos de manutención de los
encarcelados, pero desprendiéndonos con rapidez del
problema. Y tienen razón los analistas cuando dicen que, a
nivel gobiernos de la UE hay que erradicar y extirpar el
cáncer con metástasis de los quintacolumnistas. Los europeos
se niegan en redondo a padecerlo sin necesidad. Por cierto
¿Me adelantan quien va a ser el primero en personarse como
acusación particular?.
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