¿Qué se encuentra detrás del terrorismo de raíz islamista?.
La miseria, la frustración, el odio a Occidente... Sin duda,
pero la espoleta del estallido sería de raíz religiosa, en
una moderna versión -mutatis mutandis- de la famosa frase
acuñada por Marx sobre la religión como opio del
pueblo.
Porque mientras la gente sale a la calle a vender sus
enseres (muebles, electrodomésticos, lo que sea...) para
intentar llegar a final de mes, o se organiza para protestar
(como el pasado viernes delante de Amendis, en Río
Martín) por las insufribles subidas de la luz y el agua
(insoportables para una mayoritaria parte de los
ciudadanos), o el mismo Estado marroquí sondea fórmulas para
salir de su fuerte endeudamiento, equivalente al 83% del
Producto Interior Bruto (30% del mismo al Exterior), el
paisaje de Marruecos sigue salpicándose de
parabólicas y mezquitas, muchas mezquitas, mezquitas por
doquier en barriadas urbanos y en el campo (35.000 de ellas
de carácter oficial), con los problemas añadidos a su
gestión. Según numerosas fuentes consultadas en los últimos
cinco años por el firmante, el discurso oficialista cala
cada vez menos y, como ratifican varios trabajos publicados
en la prensa independiente, los canales no controlados se
multiplican. En román paladino: el Estado marroquí ha ido
perdiendo progresivamente el control del discurso religioso.
Con el 30% al menos de la población emigrada y una creciente
inquietud social a lo largo y ancho del país, al menos por
mezquitas que no sea. La antítesis pues del sabio latinajo
Primum vivere delinde filosofare, o en los bellos y duros
versos del poeta pastor, Miguel Hernández:
Quien hambre nunca pasó
no lo puede comprender,
siente uno ganas de morder
carne humana o qué sé yo.
Luego dirán que si Dios
hágase tu voluntad.
Pero el hambre es alacrán
que no pica al poderoso
por esa reza, glorioso,
con el pan de los demás.
Pese a todo el aparato estatal se refuerza cómo y dónde
puede, enfatizando el papel central de árbitro y autoridad
suprema del rey, Mohamed VI, en su papel totalizador
de Emir al Moumenin. La verdad sea dicha es que el jóven
soberano, al que se le ha juntado una controvertida y
difícil herencia junto con una complicadísima realidad
geopolítica internacional, no tiene la situación fácil, nada
fácil a fuer de ser sinceros.
De entrada, el régimen no para desde mayo de 2004 en lanzar
reformas sobre el campo religioso: bien en los consejos de
ulemas, bien restringiendo la normativa urbanística en lo
concerniente a la construcción de nuevas mezquitas, bien
cambiando titulares a diestro y siniestro, la última
apartando de sus funciones y de una tacada a cuarenta imames
afínes al jeque Yasin o poniendo una cara nueva al
frente de la Dirección de Asuntos Islámicos que ha recaído
en Ahmed Kostas (procedente de la tariqa Kadiriya)
mientras que el anterior titular, Ahmed Lahabi,
es transferido como secretario general a la Rábita
Mohammadia de Ulemas de Marruecos. Parece que estos cambios
translucirían un desacuerdo entrer el ministro de Habús y
Asuntos Islámicos, Ahmed Toufiq y su subalterno
Lahabi cara al papel que podrían jugar en un futuro
inmediato diferentes asociaciones islamistas, en primera
línea el MUR actualmente dirigido -tras la cuidada
defenestración del radical Ahmed Raisuni- por el
pragmático Mohamed Andaoui. Se comenta que muchos
delegados del ministerio serían próximos al MUR y, por
extensión, al Partido de la Justicia y el Desarrollo. ¿Un
nuevo dique a la implantación del PJD?. Curioso triángulo
éste de los tres Ahmed.
Por si fuera poco y lamentablemente, los terroristas
islamistas con raíces marroquíes siguen dando de qué hablar:
así el pasado 1 de diciembre era condenado en La Haya,
junto a otros tres colaboradores entre los que se
encontraría una mujer, un ciudadano holandés de origen
marroquí ligado al grupo terrorista Hofstad que, en palabras
del juez E. Koning, habría estado peligrosamente
cerca de cometer atentados terroristas. Samir
Azzouz, de tan solo 20 años de edad y condenado a 8 de
cárcel, habría estado en contacto con Mohamed Bouyeri,
asesino confeso y convicto del cineasta Theo van Gogh
en noviembre de 2004 y también con doble nacionalidad,
holandesa... y marroquí.
Es lógico y entendible el intento de desmarque de las
autoridades del vecino país sobre la vinculación de sus
ciudadanos con el sangriento terrorismo de raíz islamista,
pero digamos coloquialmente que se ahorcan con su propia
cuerda pues para el Reino de Marruecos la
nacionalidad nunca se pierde, trasmitiéndose -aun residiendo
por generaciones en el extranjero- de abuelos a nietos.
Voilá. Al otro lado del Mediterráneo y según se ha
podido saber días más tarde, las fuerzas de seguridad
egipcias desmantelaban parte de otra célula de
terrorismo islamista con un cariz realmente internacional:
entre los detenidos hasta el momento, además de egipcios,
sirios y tunecinos se encontrarían un norteamericano, nueve
franceses y dos belgas, al menos estos dos últimos (de 22 y
28 años) de orígen marroquí. La realidad es que, salvo el
macroatentado de Londres el 7 de julio de 2005, raro
es el grupo terrorista desmantelado en el que no se
encuentre un activista con raíces marroquíes.
No quisiera acabar éstas líneas sin matizar sobre la movida
del Tarajal adelantada el lunes 27, dado que uno se
esfuerza en ofrecer al lector una información contrastada y
solvente, cállense pues lenguas intoxicadoras y mendaces por
muy arropadas que se vistan: la mona, aunque se vista de
seda, ya se sabe. Resulta que al final la cosa fue doble:
primero a la media tarde del jueves, día 23, un coche de los
robados en Jeréz es detectado en la frontera por la
Guardia Civil. Su conductor se interna a toda mecha en el
lado marroquí y, cuando los guardias corren tras él llegando
hasta sus homólogos marroquíes se encuentran con que, pese a
la cola existente, alguien había facilitado el paso por un
carril limpio consiguiendo el vehículo introducirse en el
país... En la madrugada del viernes el modelo Henry
del que yo escribía, con un encapuchado a bordo, escapa por
los pelos de los aduaneros marroquíes -que, pese a todo,
logran activar la cadena pinchándole las ruedas traseras-
embistiendo contra la valla perdiéndose en la madrugada. Y
por cierto, aclaremos: el coche no se localizó más tarde en
Martil. Al que si encontró la policía marroquí fue a
uno de sus tres ocupantes..... como debe saber nuestra
Policía Nacional.
|