El Atlético de Ceuta continúa con la mala racha de
resultados y se vuelve de Córdoba de vacío después de que un
dudoso penalti pitado por el colegiado Díaz Mota y
transformado por Balsero a cinco minuto para el final le
diese los tres puntos al equipo local en el Municipal de
Pozoblanco.
La fría mañana pozoalbense pareció hacer mella en jugadores
locales. El equipo cordobés era incapaz de enlazar ninguna
jugada de ataque, pese a que trataba siempre de salir con el
balón jugado, al contrario que en anteriores encuentros. De
esta forma, con un dominio del juego de los caballas y un
juego espeso de los locales se llegó a la primera media
hora.
Una de las oportunidades más claras de los atléticos fue
cuando Carmelo de vaselina, tras un contragolpe, a punto
estuvo de batir a Oliver, pero el balón se marchó alto por
muy poco. Esta era precisamente la mejor arma de los
ceutíes, que con una gran presión sobre el centro del campo
local, impedía cualquier pase en profundidad de Raúl Balsera,
y las internadas de un voluntarioso Alfonso Gutiérrez nunca
encontraban rematador. La primera parte concluía con una
gran ocasión del rojiblanco David Alejo que puso aún más
frío los corazones cordobeses cuando se plantó sólo delante
de Oliver y, en lugar de disparar por bajo o incluso
regatear al meta cómodamente, trató de meter el gol de su
vida con una vaselina que se fue muy desviada a la derecha.
El Pozoblanco volvió a la carga tras la reanudación.
Melquíades y Juanito tuvieron dos claras ocasiones nada más
comenzar esta segunda parte, pero Ezequiel metió una mano
milagrosa que impidió que se adelantasen los locales. Nahuel,
por su parte, se internaba como cuchillo en mantequilla por
su banda izquierda, pero sus centros seguían huérfanos de
rematadores. Pasada la media hora, el público comenzaba a
impacientarse, ya que ninguno de los dos equipos conseguían
crear demasiado peligro y el buen juego brillaba por su
ausencia.
Un libre indirecto fuera del área visitante fue lanzado muy
desviado por Tato y, en la jugada siguiente, llegó el
momento clave del encuentro cuando Gabri fue derribado en el
área rojiblanca entre una nube de defensores cuando se
disponía a rematar tras un rechace del meta Ezequiel. Los
ceutíes protestaron al colegiado, alegando la inexistencia
de la falta pero varios minutos después , y ya cuando se
habían calmado los nervios, se lanzó la pena máxima que Raúl
Balsera transformó. Faltaban cinco minutos y el golpe fue
definitivo. Los banquillos se enzarzaron en una tángana que
a nada condujo. El técnico del Pozoblanco, Pepe Hueso,
durmió el partido con los cambios de Tete y Pacote en el
descuento y los tres puntos, finalmente, se quedaron en
Córdoba.
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