El centro Unesco de Ceuta surgió de una cena en París hace
un lustro. La motivación de un grupo de profesores hizo el
resto. Seis meses después de la inauguración formal del
inmueble en el Muelle Cañonero Dato con la presencia de los
representantes de las cuatro culturas, la presidenta,
Mercedes Cuevas, y el secretario general, Alfonso Conejo, se
enfrentan a sus primeros retos por cumplir de cara a 2007,
siempre insertos en la promoción de la paz más conciliadora
y en la educación en valores. Para empezar, ya cuentan con
dos proyectos de inicio inmediato: dos escuelas de Primaria
y Secundaria que se asociarán a la entidad y un colectivo de
jóvenes de la ciudad interesados en prolongar su labor.
“Nuestra propuesta necesita a la juventud para trabajar y
parece que empieza a responder”, arranca Mercedes Cuevas. Un
grupo de antiguos alumnos y estudiantes actuales de la
facultad de Educación están en proceso de redacción de los
estatutos y, en breve, se darán de alta como asociación
juvenil anexa a Unesco. “Ellos aportarán la dinámica que le
falta al centro de colaborar con colectivos de la ciudad”.
Un principio en la calle que se verá compensado con la
pronta confirmación de dos centros educativos locales de
adherirse como escuelas asociadas, tras la aprobación del
Consejo Escolar del Estado (CEE). “Su función será incluir
los ideales de nuestra entidad en su currículo formativo;
temas que ya tratan de manera habitual, pero con un punto de
empuje más fuerte”, explica Cuevas.
Dos bastones para un viajero primerizo que resalta por su
papel activo. “El centro servirá para dinamizar la vida de
la Ciudad Autónoma; somos propulsores de ideas”.
Las características de Ceuta asientan la base de la Unesco,
pero no son determinantes. “La diversidad cultural es un
tema que aquí ya no plantea discusión, simplemente, de vez
en cuando, es necesario hacer recordatorios sobre aspectos
como la tolerancia, el respeto o el diálogo entre las
religiones”, sopesa la presidenta de la entidad. Tema, éste
último, especialmente importante y “muy cercano a lo que
será el centro”, augura. De hecho, entre las iniciativas
destaca la idea de hacer un seminario permanente de diálogo
interreligioso para fomentar la participación de hindúes,
cristianos, musulmanes y hebreos.
Educación para la Ciudadanía
La importancia de la educación es evidente si se tiene en
cuenta que el grueso de integrantes en el centro local son
educadores (pedagogos, Secundaria, Primaria, etc.). Su
colaboración con las entidades formativas confluirá con la
nueva asignatura de ‘Educación para la Ciudadanía’. “Es una
materia que recobra sentido por aquello de afianzar y dar
más importancia a los valores, más ahora con los problemas
de ‘bullying’ o violencia de género en los colegios; se
están convirtiendo en temas endogámicos a nuestra sociedad”,
reflexiona Cuevas. “Esta asignatura puede colaborar, pero el
fallo es global. El centro donde el alumno estudia, sus
padres y los profesores deben ponerse de acuerdo”, agrega el
secretario del colectivo, Alfonso Conejo.
“Dicen que para educar un niño, hace falta la tribu entera”.
En su opinión, la actitud del joven tampoco puede ser
olvidada en este maremagnum de responsabilidades. “Si las
explicaciones que recibe, no van en consonancia con los usos
sociales, al final le bastará con lo mínimo para sobrevivir
en esta sociedad materialista”, lamenta.
Cuevas tampoco quiere dejar caer todo el saco encima del
joven. “¿De quién es la culpa?, se plantea. “En España se
vive en un ambiente relajado y los jóvenes se han
acostumbrado a conseguir sin esfuerzo muchas cosas, la
educación con los adolescentes hay que trabajarla”.
En su opinión, es cierto que existe un fracaso escolar
determinante, pero considera que “no se puede decir que los
jóvenes son acomodaticios” porque hay una representación
importante que “lucha por ayudar a otros”, desmiente que se
haya convertido en una patología.
“Hay que tener precaución con los medios de comunicación”,
advierte Conejo. “La telebasura es contradictoria y, quizá,
la educación debe adaptarse a este nuevo mundo en el que los
flujos de información son masivos y no tienen ningún tipo de
control”. Un asunto en el que tanto Cuevas como el
secretario general del centro Unesco convergen: “la relación
entre el triángulo docente-colegio-familia tiene que ser
colaboradora o no habrá solución”.
En su lucha por promover los valores, dejan de lado,
temporalmente, un proyecto de cátedra de Educación
Multicultural. Una idea ambiciosa que, “por ahora”, está
estancada. De momento, se encuentran en la fase preliminar
porque en este proyecto se suele contar con la colaboración
de catedráticos de universidad y en Ceuta no hay. “El status
de facultad llegó hace relativamente poco, los catedráticos
que tenemos son de Escuela Universitaria”, explica. Se trata
de una propuesta que conjugará todos los elementos clave de
la Unesco. “Es mejor ir despacio, es mucha responsabilidad”.
Revista Cuaderno
Mientras tanto, en su ahínco por establecer lazos de
colaboración, los responsables de la revista cultural
‘Cuaderno’, que se edita anualmente, se han puesto en
contacto con Cuevas para realizar su próxima presentación en
la Ciudad Autónoma. “Es un tema muy interesante porque
tendrían que participar poetas y pintores de Ceuta; sería un
promoción muy particular”. Un tercer paso del viajero
universal que se dibuja en los componentes del equipo de
trabajo del centro.
La Unesco cuenta con 5.000 asociaciones por todo el globo y
permanece en proceso de continua expansión. En la ciudad,
empieza a andar un proyecto amplio que funcionará como el
futuro testigo del diálogo intercultural de la ciudadanía.
En el Día Mundial por los Derechos Humanos, no se olvidan.
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