Belén Tapia visitó recientemente Ceuta con un equipo de
periodistas que preparan un documental sobre el secuestro de
su hija Dounia a manos de su padre, Abdelhilah Chahidi en
1997. Esta mujer ha sufrido durante diez años litigios
judiciales en España, Marruecos y Finlandia. En estos
momentos, el juez de Instrucción número tres de Zaragoza ha
decido cerrar el caso alegando que el progenitor de la niña,
su captor, está en paradero desconocido y por lo tanto, no
puede ser juzgado.
Más allá de tirar la madre Dounia ha dirigido el caso al
Tribunal de Derechos Humanos e incluso se ha entrevistado
con el embajador de Marruecos en España, Omar Azziman para
solicitar una entrevista con su Majestad Mohamed VI.
Dounia Chahidi Tapia fue secuestrada el 20 de abril de 1997
cuando tenía dos años de edad por su padre, Abdelhilah
Chahidi, quien aprovechó un régimen de visitas para sustraer
a la niña con la ayudad de sus dos hermanos. Este marroquí
pidió a Belén Tapia para la entrega de su hija un documento
judicial que permitiera que su hermano no fuera juzgado y
pudiese volver libremente a España.
El Ministerio Fiscal ejerce de oficio y estos requerimientos
eran imposibles. Posteriormente, citaron a la madre de
Dounia en Casablanca para que pagara un rescate de 10
millones de euros. La niña nunca apareció. Comenzó una lenta
y difícil lucha para remover la compleja maquinaria
burocrática de España, Marruecos y Finlandia, país donde se
ocultan actualmente los secuestradores.
Indefensión diplomática y judicial
Belén Tapia ha agotado todas las vías internas en España.
Una vez más se ve obligada a acudir al país de los
secuestradores, como ya lo hiciera en su día en demanda
justicia. “Es una paradoja que siendo española y mi hija
también, tengamos que buscar justicia y defensa de los
Derechos Humanos en Marruecos”, señala.
España no dictó las órdenes de detención internacional que
hubieran posibilitado la extradición a España a uno de los
secuestradores, que está en Finlandia para que testificara
y, según Belén Tapia, no se hicieron gestiones diplomáticas
en momentos clave como el intercambio que hubo en el primer
intento de rescate. Fue un momento dramático, cuando la
madre de Dounia decide acudir a Casablanca porque el hermano
del secuestrador asegura que le entregarán a su hija y tras
pagar una parte del rescate, éste no se hace efectivo y es
agredida por los captores. Desde el Ministerio de Interior
sólo advirtieron de que sería responsable de cualquier tipo
de conflicto diplomático que ocasionara con Marruecos.
Tapia ha viajado durante años al país vecino para buscar una
solución judicial al no encontrar respuesta en el sistema
español. En todo momento fue sola a las entrevistas, ella
las solicitaba, para buscar abogado tuvo que ser acompañada
por una persona marroquí porque no entendía el idioma. La
embajada no puso a su disposición a ningún traductor hasta
que el caso no se filtró a los medios de comunicación.
Fueron casi ocho años de vagando prácticamente sola por todo
el país. “Toda la ayuda la he recibido siempre de Marruecos,
la vía judicial y los altos cargos siempre han estado muy
disponibles. El juez español, por poner ejemplo, me costó
seis años que me recibiera y cuando me recibió ni siquiera
escuché una palabra de sus labios”, sentencia.
La madre de Dounia sí recibió en cambio una carta de pésame
por la muerte de su hija por parte de la Casa Real Española,
en la que no se aclaraban los motivos de la defunción. Belén
Tapia solicitó información sobre este hecho y todavía no ha
recibido respuesta. “Lo inexplicable y lo trágico de este
asunto fue que desde el principio ya tuve que litigar con el
país de los secuestradores y fui mejor acogida que en
nuestro propio país. Se dieron unas órdenes de detención que
no se han dado nunca en España. Y no sólo eso, es que en
España casi diez años después el delito está sin calificar”,
explica. Existen unas grabaciones sobre las las
conversaciones con los secuestradores que realizaron los
agentes de la Guardia Civil y que fueron traducidas para el
juez de Instrucción de Zaragoza hace escasos meses. “Están
sepultadas en el sumario de instrucción sin ni siquiera
escucharlas. En estas cintas me amenazan, amenazan de muerte
a la niña y me piden dinero por el rescate de la pequeña.
Llegaron incluso a afirmar que la niña estaba en mal estado
y enferma para aumentar el sufrimiento”, insiste.
Últimos pasos
actualmente no se sigue ningún tipo de instrucción y por lo
tanto no se va a hacer nada en España. “Hágaselo usted
mismo, sería el lema del gobierno español” afirma la madre
de Dounia que sido recibida en la residencia del embajador
Omar Azziman, del que ha recibido “un impecable trato” desde
hace años. Fue ministro de Justicia en Marruecos y
posteriormente, presidente de la Comisión Consultiva de
Derechos del Hombre en Marruecos. Conoce no sólo el tema de
Douna sino que también ha seguido las actividades de la
Asociación que fundó Belén Tapia porque en el camino ayudó a
dos mujeres marroquíes que tenían problemas en España sobre
este tema. “Me recibió estuvimos hablando, la petición
concreta fue ver a su Majestad Mohamed VI para que nos ayude
a la localización de los captores. Tengo la patria potestad
de la niña, una sentencia marroquí de devolución inmediata
por vía del convenio entre España y Marruecos en el año
1997. En todo momento se ha usado la ley de procedimiento
penal marroquí, pero nos dicen que no estaba localizada y
luego que estaba muerta”, recuerda la madre.
A pesar de los derechos legales que la amparan, Belén Tapia
sólo piensa en localizar a su hija, después de tantos años
está dispuesta a renunciar al castigo para sus
secuestradores, -entre los que pueden haber cargos
institucionales marroquíes- “si la niña está bien y en buen
estado, no carece de lo necesario y se encuentra bien”. Así
lo manifestó públicamente en una comparecencia realizada
junto a Omar Azzimar en Madrid. “Mi gran sueño es que
volviera a casa. Pero por si algún motivo no fuera así, lo
que quiero es que la niña recupere su identidad porque estoy
segura de que la han falseado, que no sabe cual es su nombre
y que es española, me parece un derecho fundamental que una
persona sepa quién es, sus orígenes, su nacionalidad y que
su madre lleva diez buscandola sin descanso”.
|
Tapia llevó al Congreso una ley de protección de menores
La madre de Dounia fundó un mes
después del secuestro de su hija la Asociación para la
Recuperación de Niños Sacados de su País para luchar por los
derechos de los menores secuestrados por sus progenitores.
Belén Tapia se dio cuenta de que su caso no despertaba el
interés de los responsables ministeriales por lo que decidió
aglutinar todos los casos de secuestros interparentales en
una organización. “Me asombró ver que no existía en España
ninguna asociación de este tipo a pesar de que había muchos
casos, según había detectado. España era el único país del
mundo occidental que no tenía una asociación de defensa de
los menores cuando también paradójicamente estaba en peor
situación dado que en la reforma anterior del Código Penal
habían despenalizado el delito de secuestro interparental,
de manera que quien secuestraba a un niño el único delito
que cometía era el de desobediencia judicial”, indicó.
Desde la asociación se puso en marcha una larga campaña para
elevar al Congreso la Ley sobre protección de menores
secuestrados con manifestaciones, programas de televisión y
reuniones en Madrid. Finalmente en diciembre de 2004 fue
aprobada en el Congreso. La experiencia de los 180 casos que
ha tramitado la asociación ha dejado claro que la única
herramienta efectiva para poder recuperar a un niño es la
orden de detención internacional para el progenitor y las
personas que les han ayudado. De hecho, Tapia opina que ha
descendido el número de secuestros a raíz de esta
penalización.
|