El 7 de diciembre de 1585, el
Tercio del Maestre de Campo Francisco de Bobadilla combatía
por España y la fe católica en Holanda. Cinco mil hombres
guarnecían la isla, " cinco mil españoles que eran a la
vez cinco mil infantes, y cinco mil caballos ligeros y cinco
mil gastadores y cinco mil diablos ", como dijera de
ellos un almirante francés. El bloqueo se estrecha cada día
más; ya no quedan víveres, ni pertrechos de guerra, ni ropas
secas. El jefe enemigo propone entonces una rendición
honrosa. La respuesta de Bobadilla es inmediata: " Los
infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya
hablaremos de capitulación después de muertos”. Ante tal
respuesta, Holak recurre a un método infalible para acabar
con la resistencia española. Como las aguas del Mosa
discurrían por un canal más alto que el terreno ocupado por
los soldados, abre una enorme brecha en el dique y las aguas
se precipitan sobre el campamento del Tercio, que pronto se
ve rodeado de ellas por todas partes. No queda más tierra
firme que el montecillo (apenas cincuenta metros) de Emplen,
donde, abandonando impedimenta y pertrechos, han de
refugiarse los soldados, so pena de perecer ahogados. En
esta situación, un soldado del Tercio cavaba una trinchera
" más para tumba que para guarecerse ", cuando
tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una
tabla flamenca en la que estaba pintada, en vivos colores,
la Inmaculada Concepción. Comenzó el soldado a gritar y
acudieron sus compañeros que, colocando el cuadro sobre la
bandera española, a modo de improvisado altar, cayeron todos
de rodillas entonando la Salve. El Maestre Bobadilla,
considerando el hecho como señal cierta de la protección
divina, arengó así a sus soldados. “¡Soldados! El hambre
y el frío nos llevan a la derrota, pero la Virgen Inmaculada
viene a salvarnos. ¿Queréis que se quemen las banderas, que
se inutilice la artillería y que abordemos esta noche las
galeras enemigas? " " ¡Si queremos! ", fue la respuesta
unánime de aquellos españoles. Los españoles, marchando
sobre el hielo en plena noche, atacan por sorpresa a la
escuadra enemiga al amanecer del día 8 de diciembre y
alcanzan una victoria tan completa que hace decir al
almirante Holak: " Tal parece que Dios es español al
obrar, para mí, tan grande milagro”. Aquel mismo día,
entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción es
proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia, la
flor y nata del ejército español.s damos nosotros, porque no
nos han hecho participes de todos los eventos realizados?
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