Me para una “amiguete”, a la
altura de la Plaza de los Reyes, para pedir me una encuesta
de cómo va a quedar la situación, de cada partido, después
de las elecciones buscando un silloncito de poder en la
Asamblea. La contestación, es rápida y contundente, puesto
que, el menda, no es ningún experto haciendo encuestas y,
además, sabido es que no creo en ninguna encuesta. En la
única encuesta en la que creo es en la que resulta después
de cerrar los colegios electorales y hacer el recuento de
votos. Y, encima, hay que esperar a que se hagan oficiales
los resultados.
Las encuestas, en ocasiones, cuando son realizadas por parte
interesadas en las mismas, la verdad dejan mucho que desear.
Las únicas encuestas, demostrado está, que son fiables, son
aquellas realizadas por agencias especializadas
independientes que se aproximan muchísimo a la realidad. Y,
sin embargo, insisto para que quede claro, no creo en las
encuestas, aunque tengo que reconocer que, al final, las
agencias especializadas aciertan casi al cien o cien-. Pero
como cada quisqui puede creer o dejar de creer lo que
quiera, sigo sin creer en las encuestas. Me explico.
No creo, por supuesto, en ninguna encuesta realizada por
parte interesada en la misma. ¿Es qué alguien se puede creer
esa encuesta aparecida, por estos lares, en la que le dan,
nada más y nada menos, que seis diputados al PSPC y no sé
cuántos al PSOE. Cuando haciendo las cuentas, resulta que el
PP no saca ni cinco diputados?. Además de parecerme una
jartá partidistas y una soberana gilipollez, es un insulto a
la inteligencia del más tonto de este pueblo donde,
precisamente, el más tonto hace televisores en color.
O sea que decido, bien decidido por cierto, en que de hacer
encuesta nada de nada. Difícilmente podría hacer una
encuesta alguien, como es mi caso, que no cree en las
mismas. Sería tanto, como crear un foro independiente, en el
que sólo tengan la palabra mis “amiguetes” y pare usted de
contar. O hacer, por un suponer, una revista, donde sólo
salgan entrevistados pertenecientes a quienes aflojan la
pasta para que la revista vea la luz pública. Servidor, con
toda seguridad, no haría ninguna de las dos cosas porque
como no soy mayordomo de nadie, no se me vería en ningún
caso “el plumero”. Jamás me pareció bien, el insulto a la
inteligencia de nadie
Oiga, amigo guardia, son diferente formas de ver los
asuntos. A algunos nada les importa que se les vea el
“plumero” o el aro del cubo pegado en el culo. Servidor no
se mete para nada en estos asuntos, ni en el “plumero”, ni
en el ”aro del cubo”. Allá cada quisqui con sus problemas.
Lo menos que se les puede pedir, a todos estos que se les ve
“el plumero” es un mínimo de inteligencia, para disimular el
asunto, dándole entrada, en cualquiera de ambos asuntos, a
algunos pertenecientes a los contrarios y ,de esa forma,
acallar a los que con toda la razón les dan “caña” . Ya lo
decía la sabia de mi abuela: “el que no sabe es como el que
no ve”. La inteligencia es un don del que está dotado el ser
humano,. Saber o no saber utilizarla, es sólo cuestión de la
capacidad intelectual de cada personaje. Y, algunos, la
tienen comida por el gusanillo de la ignorancia. ¿O no?.
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