La rehabilitación de la sinagoga de Bet-El está previsto que
culmine en un plazo no superior a dos meses, tal como
estipula el convenio que la comunidad judía mantiene con la
Ciudad Autónoma. La remodelación de la fachada del inmueble
pondrá punto y final a los trabajos que arrancaron en el mes
de mayo y que suponen la primera obra de importancia desde
que se levantase el edificio hace más de treinta años. La
conclusión de la reforma servirá para impulsar la creación
de un espacio cultural, dentro de la sinagoga, en el que se
realizarán encuentros entre miembros de las cuatro culturas:
“un método de interculturalidad”, resume el presidente del
colectivo, José Bentolila.
Los ochos meses de rehabilitación han atajado los problemas
de “desfase” del interior del inmueble que, en ocasiones,
“atentaban contra la seguridad de las personas”. En sí, se
han realizado labores de actualización en varias zonas de la
planta primera y segunda que llevaban si arreglarse “desde
su construcción salvo pequeñas obras”, apunta Bentolila.
Trabajos básicos de electricidad y fontanería han impulsado
la mejora del aspecto interno y de la seguridad del
inmueble.
La remodelación del exterior de la fachada también incluirá
pequeños retoques del interior que, aunque están completadas
“al 80%”, les falta un repunte.
La renovación de la sinagoga aportará un espacio de
encuentro cultural. Tal como señala Bentolila, se ha
habilitado una habitación para que, a partir del próximo
año, se desarrollen reuniones y charlas de diversos temas
artísticos.
En este sentido, destaca la calidad de la obra de Ginés
Serrán y, en particular, la pieza escultórica que se refiere
a su comunidad: Yosef Ben Yehudá. “Se trata de un personaje
célebre y querido en nuestro colectivo que cuenta con un
gran respeto social”. El presidente de la comunidad judía
asegura sentirse “muy representado” por la figura que el
escultor ceutí ha elegido para hablar de su historia.
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