España es el punto de unión entre
los que, con orgullo, manifestamos nuestra condición de
español. Sobre todo en estos momentos en los que expresar
sentimientos como los de referencia está considerado ‘pasado
de moda’ y hasta ‘fascistoide’, para quebranto espiritual de
quienes ni nos consideramos pasados de moda, ni mucho menos,
tenemos mecha fascista.
La Fundación para la Defensa de la Nación Española ha
querido conmemorar el 28 aniversario de la Constitución
Española, que en su artículo 2 de su título preliminar
consagra “la indisoluble unidad de la Nación española,
patria común e indivisible de todos los españoles”, en
Ceuta.
Precisamente Ceuta, justamente en Ceuta donde los
sentimientos patrios se mantienen con pureza y en
vanguardia; sosteniendo y defendiendo permanentemente la
condición de española ante la constante presión vecinal de
un país más preocupado en entretener a sus ciudadanos
azuzando la bandera anexionista (Sáhara, Ceuta, Melilla,
Canarias... Al Andalus) que procurar un mejor sustento
económico, social y cultural a los suyos.
Es de agradecer que personajes de la talla de Santiago
Abascal, Gustavo Bueno, Gabriel Cisneros, Adolfo Prego
Oliver, Alejo Vidal Quadras, Fernando García de Cortázar y
un largo etcétera, hayan elegido Ceuta para la conmemoración
del vigésimo octavo aniversario de la Constitución.
Un aniversario que compartimos, como no puede ser de otro
modo, pero con el ánimo de que 2007 traiga el gran regalo de
Ceuta adquiera su condición de Comunidad Autónoma de tal
modo que el Tribunal Constitucional pueda afirmar con total
rotundidad que Ceuta es realmente una Autonomía para que su
trato como tal no sea sólo y exclusivamente institucional.
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