Es uno de los más reputados filósofos vivos del escenario
nacional y, posiblemente, europeo; nacido en Santo Domingo
de la Calzada (La Rioja) en 1924, es artífice de lo que se
ha venido a llamar el materialismo filosófico (que considera
que la filosofía ni es una ciencia ni es una sabiduría más,
sin perder, por ello, su carácter riguroso), a pesar de ese
cierto grado de escepticismo, ha decidido ‘militar’ como
patrono de honor en la Fundación Denaes, para la defensa de
la unidad de España, una postura que, en muchos sectores
intelectuales se considera ‘reaccionaria’, siempre sin poner
en duda la ‘calidad’ personal de este pensador.
“La humanidad no existe, no hay género humano, es un
producto teológico que permite ese concepto de la alianza de
civilizaciones; una mitología de la que bebe Zapatero”
explica el filósofo, por eso insiste “hablar en nombre de la
humanidad es una insolencia”. Y es que para Bueno la
realidad es que el hombre cuando empieza a existir es cuando
se vuelve un animal político (como mantenía Aristóteles),
que es cuando precisamente se une y genera su propio
espacio: su patria.
“España tiene una historia universal y yo primero soy
español y luego hombre, porque lo primero me hace ser” y
mantiene “la estructura del estado las fijan los grupos a
través de su lenguaje y su historia: quien quiere separar
una parte de ese espacio roba algo mio” pero reconoce que el
concepto de nación, en general, es muy difícil de definir
por sociólogos, filósofos o historiadores.
Gustavo Bueno es especialmente crítico con la Constitución
Española, fundamentalmente cuando se le sugiere que a la
indivisibilidad que plantea el apartado segundo se le añade
el reconocimiento de las autonomías, incluso de la
nacionalidades. “La Constitución se ha sacralizado y en
realidad es la metamorfosis del franquismo, se realizó para
introducirnos en el nuevo sistema” insistiendo en la crítica
cuando plantea que “los ‘padres de la patria’ son
responsables de este desaguisado; ha habido fraude de ley
cuando se propone la palabra nacionalidad”.
Para Bueno, el hecho es que España es una parte importante
de la historia universal, especialmente frente a una Europa
“inexistente hasta el primer proyecto nazi que la diseño y
sucumbió por su concepto de raza, de hecho Bueno recuerda la
frase de Thomas Mann que decía “no creo que en lo sucesivo
se atreva Alemania a hablar de la humanidad”; Francia nunca
tuvo la capacidad de crear países como España mientras
Inglaterra creció a costa del pirateo” y aprovecha esta
reflexión para arremeter contra el presidente del Gobierno,
José Luis Zapatero, cuando, según Bueno, deja los intereses
de España en manos de los franceses y los alemanes.
El filósofo insiste en la necesidad de la unidad, “que viene
dada por el propio idioma” mantiene, y de lo peligroso que
resulta hablar en nombre de la humanidad (o de hacer cosas
para la humanidad), por ello se ha unido al heterogéneo
grupo que representa Denaes, “como un miembro muy activo”
como reconocían ayer los dirigentes de la fundación.
Gustavo Bueno quiere reconocerse entre los suyo y quiere,
indefectiblemente ser español, y para él la actual situación
no favorece ese criterio, aunque opina que no existe peligro
para que se disuelva como estado.
Establecido definitivamente en Asturias, ejerce como
catedrático en la Universidad de Oviedo; fundador de la
revista ‘El Basilisco’ es autor de numerosos libros, como
‘El animal divino’, ‘El sentido de la vida’, ‘El mito de la
cultura’ o ‘España frente a Europa’.
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