“Autorización a los vecinos del 8º a la utilización del
pretil, haciéndose cargo estos del mantenimiento, siendo
aprobado por unanimidad por los asistentes”. Así recoge el
acta de reunión de la junta de propietarios del Edificio
Ybarrola en su punto 3º el permiso que el resto de vecinos
concedió a los propietarios de la octava planta para que
pudieran hacer uso de ese espacio común, siendo falsas otras
informaciones que recogían que la “única concesión que se
les hizo a los propietarios fue la utilización del pretil
para usarlo, como ejemplo, como tendedero”.
Contradictoriamente a lo citado, el punto 5º del acta de
reunión autoriza la instalación de tendederos por la parte
trasera del edificio.
El polémico pretil (el saliente de la cubierta donde los
propietarios han levantado tabiques) es totalmente legal.
Los propietarios de la octava planta se han mostrado
contrariados por informaciones que ponían en tela de juicio
la legalidad de una “obra menor”. Tras la reunión de
propietarios donde se concedió el permiso, cada vecino del
8º de forma individual, pero actuando conjuntamente,
solicitaron a la Consejería de Fomento, la licencia de
obras. Para la concesión de ésta, con fecha de 23 de
noviembre de 2006, los propietarios tuvieron que entregar la
solicitud de la obra, plano situacional, plano del alzado
actual y del alzado modificado, plano de la planta actual y
de la planta modificado, una memoria descriptiva de la obra
y el presupuesto. Tras la entrega de la documentación el
consejero de Fomento, Juan Antonio Rodríguez Ferrón, dio luz
verde al inicio de las obras, ya que la solicitud se
adecuaba al artículo 29 de la Ordenanza Reguladora de
Disciplina Urbanística.
Accidentes
En otro orden de asuntos, los accidentes que se produjeron
durante la construcción del edificio, tienen causas
totalmente ajenas a la que algunos vecinos pueden esgrimir
para la ilegalidad de la obra. El desgraciado incidente
producido en febrero de 2003 que sesgó la vida del vigilante
de seguridad de las obras, se debió al desplome de un muro
de ladrillos situado sobre la cubierta superior del
edificio. Muro que en la actualidad no existe y que estaba
colocado sobre la cubierta en la que los propietarios del
octavo tienen una terraza proyectada en los planos
originales del edificio y no en el polémico pretil.
El mal estado de ese muro se debía al abandono de dicha obra
ya que la empresa adjudicataria fue la constructora
‘Azalea’, que llegó de la mano del GIL, y al entrar en
quiebra abandonó la construcción del edificio. Tras la
marcha de dicha empresa, EMVICESA adjudicó las obras a la
constructora ‘Hispánica’, que debía finalizar el inmueble en
febrero de 2005, pero debido a un nuevo desplome en 2004, la
entrega de las viviendas se demoró un poco más. Tras ambos
sucesos se decidió eliminar el muro situado sobre la
cubierta superior y así evitar nuevos accidentes.
Junta de propietarios
Un total de 42 propietarios, sobre 81 viviendas, fueron los
que asistieron a la reunión celebrada el pasado 30 de marzo,
en la que se autorizó a los vecinos del 8º el uso del
pretil. Debido a la falta de casi el 50% de propietarios, ya
fuera por el poco tiempo que las viviendas llevaban
entregadas o por negativa a asistir a la misma, la junta
directiva de la comunidad hizo llegar a todos de manera
certificada el acta de la reunión, a través de la gestoría,
para informar al resto de vecinos de las decisiones tomadas
en la misma.
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Los propietarios del 8º pagarán una mayor cuota de comunidad
Los propietarios del octavo
encargaron un escrito a la gestoría en la que se explicaba
al resto de propietarios en lo qué consistirían las obras,
cómo se llevarían a cabo y bajo qué condiciones podrían
realizarla.
La primera exigencia era construir bajo licencia, asunto que
Fomento ya ha autorizado. Además todas las terrazas que se
realizarán en los pretiles deben tener perfecta uniformidad,
de forma que la estética del edificio no se vea afectada por
las reformas.
El coste y mantenimiento de las mismas serán sufragados por
sus propietarios, de igual manera que correrían con los
gastos de cualquier desperfecto o perjuicio que pudieran
causar a otros inquilinos.
En último lugar se encuentra el aumento de la cuota de la
comunidad de propietarios que se verá aumentada para los
inquilinos del octavo al contar estos con un mayor número de
metros cuadrados.
Para la finalización de las terrazas, de nuevo, cada
propietario debe solicitar otra licencia de obras a Fomento.
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