Empieza el puente, ese en que
nadie tiene un euro, según dicen todos los que se van de
puente, pero que dejan a Ceuta más vacía que la hucha del
menda ¡Que ya es decir!
Uno, en su ignorancia supina, cada vez que llega un puente,
se pregunta ¿si no tienen un euro, cómo se queda Ceuta
vacía?. Por más que busco repuesta a la contestación, jamás
la encuentro. Probablemente será porque soy un gran
ignorante en estos asuntos de no tener un euro, poder viajar
y tomarme unas vacaciones de cinco o seis días. Me tengo que
hablar con algunos de esos que lo hacen, a ver si me da una
explicación y el menda se pueda largar, igualmente, cinco o
seis días de vacaciones al otro lado del estrecho donde, por
cierto, una gran mayoría tiene una vivienda de propiedad.
Lo de no tener un euro y largarse de puente, no lo entiendo,
pero menos entiendo el asunto de que, además, tengan una
vivienda de propiedad. La verdad es que, con todas estas
cosas, me hago un lío monumental. Alguien, si es posible, me
debería explicar cómo se hacen esas cosas que no entiendo.
Llevo toda la vida trabajando, creo que empecé a trabajar
antes de nacer, echando más horas que un reloj y ni me puedo
ir cinco o seis días de puente y, mucho menos tener una
vivienda al otro lado del estrecho. Debo de haber cometido
algún error, pues personas que conozco, que económicamente
están peor que yo ¡que ya es tela marinera! tienen para irse
de puente y una vivienda de propiedad en la costa. ¿Oiga,
amigo guardia, será verdad qué los milagros existen y, aún,
no me he enterado?.
De todas formas, lo digo como lo siento, admiro a todas esas
personas que han podido y siguen con poder suficiente para
realizar ambas cosas. Servidor, ha llegado a la conclusión,
que al lado de todos ellos, soy más ignorante que un muñeco
de madera. O sea que, todo ese personal, es mucho más
inteligente que el menda. Y, después, me dicen algunos
“amiguetes” que soy una jartá de listo. Lo que soy es una
jartá de torpe.
Así que para este puente, como para todos los puentes, todos
los que nos quedamos, no encontraremos una bar donde, por un
suponer, desayunar o tomar una copa. Cosa que no entiendo
porque, después, todos ellos se quejan de la falta de ventas
que tienen y que la cosa está una jartá de mal. Aquí cabría
decir, a todos los que se quejan pero que se van de puente,
la frase de la sabia de mí abuela: “sarna con gusto no
pica”.
A la perdida que supone el marcharse, con los gastos que eso
conlleva aún teniendo vivienda propia en la costa, hay que
añadir lo que se pierde de venta. Lo que supone, por lógica,
una doble perdida.
Oiga, amigo guardia, que no es criticar porque, cada quisqui,
puede hacer lo que le venga en ganas. Servidor, si pudiera,
también lo haría, de eso no me cabe duda alguna, pero lo que
no me parece lógico es que, a la vuelta, se vengan quejando
de lo mal que está el negocio.
Servidor está estudiando la forma de poder irse de puente.
La solución creo que puede estar en que, Juan Vivas, me haga
asesor de algo. Me parece que, Juan, no me va a hacer asesor
de nada.
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