Como todos los años por estas
fechas tendremos que sufrir la moralina barata de los
payasos pontificadores que critican a la sociedad
consumista. Porque resulta muy progre y muy políticamente
correcto lanzar fulminaciones contra la gente que compra y
que gasta en regalos. Y compra y gasta por algo tan
sorprendente y novedoso como es el que lo hace porque el
dinero es suyo, lo ha ganado con muchas fatiguitas y encima
le sale de los cojones pulírselo como le apetezca. Además,
el pueblo tiene derecho a ser feliz y quemar los ahorros, la
paga extra o el crédito en compritas navideñas es
ilusionante y produce satisfacción Vamos, que se generan
enforinas y se exuda serotonina como servidora que, en la
jornada de hoy, quebrando mi casi ayuno alimenticio pro
talla 36, ha degustado con infinita satisfacción de sus
pupilas gustativas una tapita de bacalao con tomate y encima
con un trocito de pan para achuchar. ¡Placer de Emperadores!
Apuesten algo a que, ningún
miembro de la Realeza, con los exquisitos manjares que les
pagamos ha disfrutado en el almuerzo tan íntimamente como yo
lo he hecho con mi tapa de bacalao.
¿Qué dicen? ¿Qué comer tapas es
también consumismo y que hay un veinte por ciento de
ciudaanos que viven bajo el umbral de lapobreza? Bueno, la
tapa no daba para alimentar a tantos, por mucho que sus
condimentos invitaran a uno de esos eruptos que lanzan los
Poderosos tras las comilonas y que son tan sustanciosos que
bastaráin para alimentar a un pobre para un mes. Pero el
problema de la pobreza no debe recaer ni sobre las espaldas
ni sobre las conciencias de una clase trabajadora
terriblemente empobrecida por la usura bancaria y la
especulación inmobiliaria, sino directamente sobre los
pésimos gestores que nos gobiernan.
Y el ejemplo de contención y
austeridad lo tienen que dar ellos y no la ciudadanía que
les mantiene. ¿Qué ponga ejemplos? Si. Prescindir
absolutamente de escoltas y seguridad a cargo del erario
público y que, el que quiera estar seguro, desde los Reales
hasta el último concejal que contrate con su sueldo a
seguratas, a yugoslavos o a argelinos para que les cuiden.
Nosotros, si queremos dormir tranquilos contratamos Prosegur
y nos cuesta el dinero porque, las FOP que costea el Estado
con nuestros dineros son pocas y están mal pagados y sin
medios para protegernos a todos. Figúrense el ahorro en
sueldos el que, los de arriba se pagaran su propia
seguridad. Y fueran en sus proios coches, comprados pagando
letras, como todo hijo de vecino, porque hijos de vecinos
son, por mucho que piensen que, el Poder imprime carácter
como el sacerdocio y que son ungidos por el Altísimo. De eso
nada. Están ahí porque a nosotros nos sale de la ingle, como
nos sale de la ingle consumir en Navidad y pedir que se
aprieten los privilegiados y destinen los muchos dineros de
los privilegios a los que renuncien al incremento de las
pensiones y de los subsidios. Eso es populismo fetén y
complace a la población.
Pagar lujos ajenos cabrea y
amarga, pensar en que, los políticos se blindan las
pensiones enfurece. Nosotros consumiremos en algunos regalos
de Papa Noel o de Sus Majestades los Reyes, ellos funden
presupuestos en costear sus privilegios y en mover escoltar
cuando van a mear. ¿Qué nosotros desbaratamos los dineros?
¡Y una leche!
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