El Ceuta de Rafa Salcedo no pudo pasar ayer del empate a
cero en el Martínez Pirri frente a un rival que en teoría
era superior a los caballas, el Sanluqueño.
En un partido pasado por agua, y sin mucha historia, se
podría decir que el marcador no registró ningún gol gracias
en primer lugar a la buena actuación del meta local, que
aunque no tuvo mucho trabajo realizó dos intervenciones que
se pueden calificar como brillantes, una de ellas en las
postrimerías del encuentro que le podía haber supuesto una
derrota a los ceutíes.
Además, hay que destacar, y así lo hizo el técnico de la A.D
Ceuta, la falta de gol de los caballas que no transformaron
ninguna de las pocas ocasiones que generaron durante el
encuentro. “No tenemos gol, y así es imposible ganar los
partidos. No sé que decirles a los chicos, porque aunque
estoy contento, ya que como siempre se han vaciado en el
terreno de juego, nuestro problema no tiene solución”,
concluyó Salcedo.
Y es que el entrenador utilizó todos los mecanismos a su
alcance para que el balón perforará la meta sanluqueña,
dando entrada en la segunda parte a un delantero centro con
mucho más cuerpo y más potente. Una decisión acertada ya que
el desarrollo del choque en la segunda parte se decantó
claramente hacia los caballas.
Asimismo, el cuerpo técnico de la Asociación Deportiva Ceuta
se quejó amargamente de la labor arbitral. Una labor que
consideraron imparcial. “Siempre nos pasa lo mismo. Los
árbitros nunca están de nuestro lado, aunque jugemos en
casa. Estos arbitrajes no los sufren otros equipos en sus
terrenos de juego”. Afirmó un Rafa Salcedo que estaba
claramente indignado.
De igual manera hay que apuntar, lo que es una tónica a lo
largo de toda la temporada y un factor añadido en la lucha
de los ceutíes, la diferencia física con sus rivales. Un
hecho que ayer fue notable y que evidentemente hace más
meritoria la campaña de los de Salcedo.
Por último, señalar que este empate le da un punto
insuficiente a los locales ya que sus situación en la tabla
hace necesario que el Martínez Pirri se convierta en un
fortín inexpugnable del que los equipos rivales no arranquen
ni un solo punto.
Una semana más los caballas mantendrán el farolillo rojo,
una posición que no está reflejando el nivel real de un
equipo que está luchando en desigualdad de condiciones con
el resto de equipos de su categoría.
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