Las críticas han comenzado a caer sobre la remozada plaza de
Los Reyes. Por ello el Gobierno de la Ciudad ha realizado un
informe en el que se ha contado con el arquitecto de la
misma para defenderse de los comentarios de los detractores
de este espacio localizado en el centro de la ciudad.
Uno de los principales cambios sufridos por la plaza según
el Gobierno de la Ciudad es la adaptación de ésta para el
cumplimiento de la ordenanza municipal de accesibilidad que
antes no cumplía. “Los jardines del Capitán Ramos, se
desarrollaban tal y como estaba estructurada antiguamente la
plaza de Los Reyes en tres niveles unidos mediante
escaleras. A la hora de crear la actual plaza se ha primado
la accesibilidad con la eliminación de la casi totalidad de
los escalones existentes antes”, señaló la portavoz del
ejecutivo ceutí, Yolanda Bel.
La sombra, objeto de deseo de aquellos transeúntes que
decidan hacer una parada y sentarse en alguno de los bancos
de la plaza, es también centro de las críticas cruzadas
entre defensores y detractores. En este sentido, la Ciudad
argumentó que anteriormente la instalación no disponía de
sombra en la parte central, siendo el único espacio cubierto
el que estaba cercano a los naranjos ubicados junto a los
bancos.
La sombra estará repartida por todo el recinto aunque no sea
algo apreciable a día de hoy. Para cumplir esta función se
han plantado distintas especies vegetales como naranjos
cerca de los bancos así como palmeras que dan una sombra
mayor. A juicio del arquitecto: “Las conjeturas sobre la
sombra existente en la plaza son un poco prematuras”.
En este sentido, el informe defiende las bondades de la
fuente instalada ya que mitiga la alta sensación de calor
que existía antes debido a la falta de agua.
La Ciudad defiende las medidas de seguridad con que cuenta
la plaza. Existe según estos una banda externa en el
pavimento con un diseño distinto para indicar la presencia
de la zona de tráfico rodado. Además de la colocación de los
clásicos bolardos.
Finalmente el informe explica la razón de ser de la no
instalación de juegos infantiles como columpios o
balancines. “No se ejecutaron debido al perjuicio que podían
suponer elementos dinámicos en la superficie de un
aparcamiento subterráneo ya que podrían producirse goteras y
filtraciones”.
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