Es un espectáculo, no el mejor
espectáculo del mundo que es el circo pero, al fin de
cuentas, unos actores muy malos que tienen su manager e
incluso sus abogados.
En este circo, malísimo por cierto, nunca tiene problemas de
asistencia, al mismo, debido a que lo dan gratis en algunos
programas de las telebasuras que ofrecen las distintas
cadenas, para distracción de toda esa masa de personas a la
que les va el asunto del morbo y el cotilleo.
Y es lo que decía la sabia de mí abuela: “Por dinero baila
el perro”.Y aquí, en este circo montado, hay mucho dinero y
muchas gentes dispuestas a contar lo que haga falta sabiendo
que, con ello, se van a llevar un dinero curioso.
Nada importa si, para ello, hay que mentir. Nada importa
llenar los juzgados de querellas y más querellas puestas por
los personajes de este circo, unos contra otros, haciendo
perder el tiempo de los jueces y el dinero de todos los
españoles.
Porque estos personajillos mal llamados famosos sin saber
qué es lo qué hicieron, en sus vidas, para tener esa
denominación, que se nos antoja ridícula, se dedican a
decir, a boca llena,”ya mis abogados han tomado nota y están
preparando una querella, por tal o cual motivo”. Porque
ridículo es que, porque un señor o una señora vayan a un
programa de telebasura, de alguna cadena cuando salgan, del
mismo, sean considerados famosos. Para mearse y no echar una
gota. Manda...la cosa.
Hace años, en España, me imagino que en cualquier país del
mundo desarrollado e incluso de los considerados
tercermundistas, para ser considerado famoso al menos había
que ser algo, torero, futbolista, tonadillera, pianista, un
gran cirujano. En fin, ser “algo”.
Hoy no hace falta ser “nada” porque, en realidad, todos esos
“famosos” no son, absolutamente, nada.
Sólo les hace falta salir en la tele, como hemos dicho, en
algunos de esos programas de telebasura y eso basta aunque,
algunos de ellos, incluso los ”famosos” que están en las
tertulias, con pinganillo incluido,. sean analfabetos.
En cuanto usted salga par de veces en la tele, le dé por ir
a comprar a una frutería o carnicería del barrio y a una de
las vecinas se le ocurra decir: ”mira es el de la tele, el
que ha estado dos semanas en el programa”.Ya está, no le
hace falta más, el resto de los vecinos le mirarán, a partir
de esos momentos como si, usted, vecino de toda la vida del
barrio, acábase de aterrizar de un platillo volante y hasta
se pondrán, a su lado, para hacerse una fotografía.Usted,
ya, ha ingresado en el espectáculo de la telebasura. Usted,
ya, es ”famoso”.
Usted, que ya es una jartá de ”famoso”, puede ampliar ese
círculo del famoseo, echándose una novia o casandose con lo
cual, sus suegros, cuñadas, cuñados, primos, primas y demás
parientes, pueden intervenir, en cualquier momento, a favor
o en contra de usted, su novia o su esposa, según interese
al manager que les lleva el asunto a ese nuevo clan de
“famosos”.
La cosa se puede iniciar, cuando usted salga del programa.
Se va a una discoteca y allí, le pega par de besos, previo
pago, a una chica preparada por su manager para tal
menester. Eso sí, siempre, teniendo en cuenta que al manager
le haya dado tiempo, de llamar a un par de cámaras, de
distintas cadenas, que graben el asunto.
El espectáculo ya está en marcha.Le llaman de una de esas
cadenas y, usted, se deja querer, diciendo que es sólo una
amiga pero, siempre, dando a entender que hay, entre ustedes
algo más, que una amistad.
Con lo cual la chica, como parte del espectáculo, será
solicitada por la cadena “enemiga” para que hable en ella,
en exclusiva, sobre el asunto.
Ya tenemos a dos del clan, dentro del mundo de la telebasura
y cobrando.
Se descansa un par de meses, eso se lo aconsejará el
manager. Una vez descansado, usted, reaparecerá en alguna
discoteca, mostrandose, ante las cámaras, muy acaramelado,
con otra señorita que, por supuesto, no es su novia.
De nuevo le llaman y a explicar que no hay nada de nada que,
usted, está una jartá de enamorado de su novia y tal. Más
dinero a la buchaca.
Su novia, por supuesto, como parte integrante del clan, será
llamada por la otra cadena y allí dará a entender, sin
asegurar, que las cosas no están muy bien entre ustedes dos.
Más dinero a la buchaca.
Esto les llevará a un cara a cara, ambos dos, en la cadena
que más pague. Allí, públicamente,tienen que romper y,
entonces entran en lisa todoslos familiares. Unos a favor de
uno y otros a favor del otro. Más dinero a la buchaca.
Como son varios los familiares que van a intervenir, cada
uno contando la milonga que le hayan preparado, aquello
durará varias semanas.Y cuando vaya decayendo ¡oh milagro de
los milagros, de nuevo, hacen las paces e incluso anuncian
el día de su boda, previo pago dela exclusiva por el
acontecimiento entre estos grandes “famosos”.
Si el dinero se va gastando, tranquilos. Separación al canto
y vuelta a empezar.
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