En los tiempos de la dictadura de
Primo de Rivera detuvieron a Valle-Inclán y le
tomaron la filiación:
-¿Profesión?
-Escritor
-¿Sabe leer y escribir?
-No.
-!Cómo! ¡Me extraña su respuesta!
-¿Sí? Pues a mí me extraña mucho más su pregunta.
Si al insigne manco le extrañaba, como no podía ser menos,
la idiocia de aquel policía, también le ha sucedido lo mismo
a un señor, aunque por diferente motivo, con el hacedor de
un artículo publicado en El Faro, el pasado día 23.
El firmante era un tal Crissan, que escribía bajo el
título “Todo está inventado”.
Fue en esa fecha cuando recibí por correo electrónico una
nota y el primer párrafo del escrito antedicho. Llegó éste
analizado y con algunas observaciones. Las cuales me
hicieron reír muchísimo. Algo que sienta siempre la mar de
bien. Incluso estando de vacaciones.
Causa, pues, de agradecimiento, que me obliga a reproducir
aquí, literalmente, el párrafo que a mi comunicante, según
él, lo dejó convencido de que la osadía de su escribidor le
impide darse cuenta del retrato que hace de sí mismo.
Vayamos con el cuerpo del delito:
“Ante los malos modos de los que no son capaces de sonreir
(sic) cuando reciben una opinión constructiva y se baje de
la nube en la que está subido (sic), lo mejor es no entrar
al trapo. Si acaso, aunque no es mi forma de ser, lo más
recomendable es no prestarle (sic) la atención debida y,
sobre todo, dejarse llevar por quienes no tienen argumentos
y rebatir con buen estilo y mejor educación (sic). No hay
otra fórmula, según mi opinión”.
En trece líneas, el tal Crissan cometió casi todos los
vicios del lenguaje. Y, claro, el avisado lector, que viene
siguiendo su manera de maltratar la lengua española, en un
alarde de irresponsabilidad y, nada más y nada menos, en el
periódico decano, me puso al tanto inmediatamente de tamaño
despropósito.
Lo de menos, insiste mi comunicante, es que el hombre ignore
las tildes; lo grave es su error de concordancia, la falta
de coherencia gramatical, su pleonasmo y de qué manera
atropella la sintaxis y permite que sus líneas puedan ser
estudiadas en los colegios para que los alumnos sepan lo que
es un anacoluto y cómo no se debe escribir. En suma: que
semejante batiburrillo jamás debió ver la luz.
También, justicia obliga, debo exponer aquí que el
denunciante no tiene nada en contra del reputado articulista
de El Faro. Y así lo declara:
1)Le hago la corrección por que me cae simpático. 2) La
modestia prima en mi escrito. 3) Creo que es el momento
adecuado para hacerla, porque veo que Crissan ha madurado ya
como pájaro. 4) Le recomiendo que lea la gramática, aunque
sé que necesitará tiempo y paciencia para obtener algunos
logros. 5) Debe admitir que aún no está capacitado para ser
lo que quiere ser. Paciencia y barajar. 6) No se preocupe lo
más mínimo por ser corregido, siempre es mejor que ser
ignorado. 7) Ha de reconocer, eso sí, que soy un instrumento
que ha puesto Dios en su vida para evitar que siga estando
en situación desairada. 8) Espero, con la gracia de Dios,
algo que conociéndole sé que no le faltará, que pueda
conseguir una culturita de andar por casa que le permita
mejorar para responder a la confianza que han depositado en
usted el editor y la directora del medio.
Y, en fin, que si acaso Manolo se atreve a publicar
mi crítica, deseo que no pierda los papeles y se ponga a
desbarrar contra el mensajero. Que éste no tiene ninguna
culpa de que me guste tanto la perfección. Por más que ésta,
a qué negarlo, exige sacrificios y, por tanto, termina uno
siendo muy minucioso con lo publicado.
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