La llegada del mes de septiembre marca el inicio de un nuevo
curso político aunque, en esta ocasión, también es el inicio
de un año preelectoral ya que, el próximo mes de mayo será
la fecha señalada para las elecciones autonómicas donde el
pueblo de Ceuta designará a su próximo Presidente/a.
Decisión que marcará el futuro de nuestra Ciudad.
A lo largo de nuestra historia democrática, los ceutíes
hemos conocido la labor de nuestros dirigentes. Formaciones
de centro, izquierda y derecha han desarrollado su programa
electoral dejando profundas huellas en la ciudad. Para ello,
solo tenemos que rememorar épocas pasadas y sus
protagonistas.
En nuestra memoria aparecen imágenes de aptitudes deporables
materializadas por antiguos políticos que marcaron su
trayectoria política. Historias de prevaricación en todos
los formatos conocidos, aptitudes chulescas, viciosas,
deprevadas, despotas y violentas. En fin, todo un cúmulo de
las mejores cualidades humanas personalizadas en algunos de
nuestros “ilustres” políticos del pasado.
Aunque, estas histórias forman parte del pasado ya que, en
la actualidad, los políticos muestran una imagen totalmente
opuesta originada principalmente por la doctrina que nuestro
Presidente, Juan Jesús Vivas impregna a todos los que les
rodea incluso, a los miembros de la oposición. Jamás, un
dirigente político ha mostrado un carácter tan humano,
condescendiente, sencillo y cordial compatibilizado con una
aptitud infatigable, diligente y cumplidora. Muchos,
autoproclamados visionarios, ingenian grotescas historias
extraidas de su visión partidista persiguiendo rédito
electoral. Expolíticos que pretenden regresar a la vida
política utilizando maniobras infames y ancladas en el
pasado.
No obstante, el experimentado pueblo de Ceuta, curtido en
innumerables campañas electorales, sabrá interpretar y
valorar todas las calumnias difundidas desde diferentes
sectores sirviéndose de columnas de opinión, comunicados y
comparecencias de prensa.
En definitiva, los ciudadanos de Ceuta estamos obligados a
comparar, reflexionar y valorar las aptitudes y actuaciones
realizadas por nuestros políticos, centrales sindicales y
asociaciones públicas. Todo ello, al objeto de decidir
correctamente la elección de la persona que regirá nuestra
ciudad en los próximos cuatro años.
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