Como cada año, cuando llega el dos
de septiembre, se van a entregar los premios convivencia lo
que aprovechamos, desde aquí y desde ya, para felicitar a
todos los galardonados.
Uno que no es ninguna “lumbrera” echa mano de ese particular
diccionarios, que tengo en la mesilla de noche y busca con
afán qué quiere decir lo de convivencia. Más que nada para
no meter la pata al tratar sobre semejante asunto que es,
uno de los premios más preciados,
Si servidor fuera o fuese uno de “nosotros los políticos”,
seguro que no me hubiése hecho falta ver el diccionario para
saber de qué va la cosa esa del premio convivencia. Pero mis
escasos conocimientos culturales, al lado de esas auténticas
”lumbreras”, no les llegan ni a la suela de los zapatos.
¡Pena grande, tú!.
Y es que, en este mundo en el que vivimos, cada uno es lo
que es y seis media docena. ¡Menos mal que, al menos, sé que
seis es media docena!. ¡Culto soy, colega!.
Total, para no cansar, me miro en mi pequeño diccionario y
este me dice “Convivencia: Acción de convivir- Relación
entre los que conviven. Y claro, ante esto, me voy a buscar
convivir y el pequeño diccionario me dice: “Vivir en
compañía de otro”.
La verdad, con estas definiciones, me estoy haciendo un lío
de aquí te quiero ver. Comprendo que mi escasa cultura no
esté a la altura de todos esos politiquillos del tres al
cuarto o de medio pelo, a los que la suerte de la vida les
hizo que les tocase en la tómbola la gorra y el pito con
mando.
Servidor nunca ha tenido suerte en los juegos de azar. Lo
único que, en cierta ocasión, conseguí al comprar papeletas
en una tómbola es que, una de ellas, pusiese “siga probando
la suerte”. Manda...la cosa.
No se pueden hacer una idea de cómo admiro a mis adorables
criaturitas, tan cultas ellas, tan inteligentes ellas, tan
soberbios políticos ellas y, sobre todo, donde mi admiración
no tiene fin, es al comprobar el nivel intelectual de cada
una de esas maravillosas y nunca bien ponderadas
criaturitas.
Tengo que reconocer, porque es de justicia hacerlo que,
mención a parte o sea mención cum laude, en cultura e
intelecto merecen, sin lugar a la menor duda, todas aquellas
de mis adoradas y nunca bien ponderadas criaturitas mías que
consiguieron, por la suerte de la tómbola de la vida, les
tocase la gorra y el pito con mando. Ante todas ellas, no
tengo más remedio que, inclinarme y quitarme el sombrero.
¡Dios, cómo se puede llegar a esa altura de la
intelectualidad!.
Os ruego, inteligencias supremas, sepáis perdonar a este
inculto que ha tenido que echar mano de su pequeño y
particular diccionario, para saber qué es y significa la
palabra convivencia. Y os tengo que jurar, por todo lo
jurable, que no termino de entender muy bien el asunto. ¡Soy
tan inculto!. ¡Pena grande, tú!.
A ver si con vuestra ayuda ¡oh inteligencias supremas, entre
las supremas y no las ”supremas de Móstoles”, que eso es
otra cosa, me ayudais a resolver el gran problema que se me
presenta y, todo, por culpa de mi viejo y pequeño
diccionario, que el tío no me aclara muy el asunto. Me
explico.
Dice mi viejo y depauperado diccionario que : Convivencia es
la acción de convivir y, a su vez, convivir es vivir en
compañía de otro o otros.
Por esa razón todos somos premios convivencias ya que, todos
convivimos con otro o con otros
Por ejemplo, sin señalar que esta una jartá de feo, servidor
convive en su casa con seis más.Y un primo mío, que el gachó
sí que tiene delito, convive con seis hijos, la esposa, la
madre de la esposa y sus padres, además de un tío que se ha
quedado parado y se ha venido a vivir con ellos.
Creo que, ambos dos a igual que la mayoría de los ceutíes,
según mi particular diccionario, nos merecemos el mencionado
premio.Todos vivimos con otros, todos convivimos. Premio
convivencia para todos.
Bueno, no voy a dar nombre, porque se va a enfadar una jartá,
cuando me lea porque, este amiguete, a pesar de my enorme
falta de cultura, tiene el buen gusto de leerme todos los
días. Este amiguete no se merece el premio, porque tienen
casa a su suegra y él dice, a todo el que quiere escucharle,
que no convive con ella, más bien mal vive. A este, con toda
seguridad, no le podemos proponer para que le den el
mencionado premio.
Teniendo en cuenta que, cada año, con la celebración del dos
de septiembre, Día de la Ciudad Autónoma de Ceuta, se
entregan cuatro premios de convivencia, ninguno de ustedes
usease vusotros, pierda las esperanzas de conseguirlo
porque, al ritmo de cuatro premios por año, en nada, en
menos que tarden las inteligencias supremas de mis adoradas
y nunca bien ponderadas criaturitas, los politiquillos del
tres al cuarto, en perdonar mis escasos conocimientos
culturales, seguro que nos toca.
Os pido perdón inteligencias supremas sobre las supremas,
por mostrar los escasos conocimientos culturales que adornan
mi persona. Os admiro, cuando os veo con la gorra y el pito
con mando. Adiós, intelectuales.
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