Dada la poca información que hemos podido obtener de estas
dos notables históricas figuras de la cultura, uno como
pensador y el otro como geógrafo e historiador, a quienes
Ginés Serrán ha remodelado para su instalación en nuestra
Ciudad, hemos optado por citar algunos de sus datos en una
sola reseña y así vemos como el pensador Josef Ben Yehudá
Ibn Aknin era un erudito judío que vivió en la España
musulmana y en el Sur de Marruecos (no hemos encontrado que
naciera en Ceuta aunque si la menciona) desde donde huyó a
Barcelona y que compuso un trabajo en el cual discrepó
fuertemente con opiniones de Maimónedes sobre la persecución
de los judíos, componiendo también un largo episodio de las
calamidades que les acontecieron a los de Tlemcen,
Marrakech, Ceuta y Meknés.
Otro geógrafo o historiador griego nos representa Ginés
Serrán con la obra escultórica de Estrabón, nacido en Amasía,
ciudad de Pontos (la actual Amasia, en Turquía) en el año 63
a.C. situándose la fecha de su muerte sobre el año 19. Fue
un gran viajero que recorrió todas las tierras de la
“oikouméne” palabra con la que los griegos denominaban el
conjunto de las tierras del globo que están habitadas,
llegando desde Armenia hasta Cerdeña y desde el Mar Euximo
(Mar Negro), en el norte, hasta los límites de Etiopía, en
el sur, recorriendo también el río Nilo hasta Asuán.
Es famoso su “Sistema Egocéntrico del Universo” en el que
consideró a la Tierra fija en el centro del mismo y a la
Luna, el Sol, los planetas y las estrellas girando en torno
suyo, que prevaleció hasta el Renacimiento cuando se impuso
la conocida teoría de Copérnico, “Sistema Heliocéntrico” en
el que los planetas giran alrededor del Sol, que se tenía
como verdadera hasta nuestros días, si bien al Sol, que lo
consideraba inmóvil, hoy se le atribuye también un
movimiento de traslación.
De Estrabón se conservan únicamente algunos fragmentos de su
trabajo “Memorias Históricas”, en 43 libros, complemento de
la historia del griego Polibio. En cambio, sí se conserva
casi por completo su magna obra “Geografía” que consta de 17
volúmenes con una descripción detallada del mundo tal y como
se conoció en la antigüedad, dedicando el tercero de estos
volúmenes a Iberia y lo que en él se dice parece ser que fue
recopilado de otras fuentes, pues Estrabón, que se sepa,
nunca estuvo en la Península Ibérica. Este tratado, con el
de Tolomeo, es el mejor de este género que nos ha legado el
historiador y geógrafo griego.
Estrabón, como autor descriptivo, rechazó la obra de los
geógrafos matemáticos por su carácter puramente astronómico
o cartográfico. Esto le llevó a centrarse en los aspectos
humanos, despreocupándose de las causas físicas o fenómenos
naturales.
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