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OPINIÓN - JUEVES, 24 DE AGOSTO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Cotilleos alhaurinos
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Nuestra idiosincrasia ibérica tiene unos posos chafarderos y chismosotes que, junto a la naturaleza hispana de ser pueblo de héroes, santos y poetas, conforma nuestro modo se ser y esta naturaleza tan cañí, que no se puede aguantar ¡Categoría!.

Por eso el personal se chala por husmear en las condiciones de vida y milagros de los de la Operación Malaya en la elegante cárcel de Alhaurín y todos los presos que consiguen el tercer grado y pueden demostrar que han purgado allá adentro, buscan afanosos a los periodistas para venderles “noticias” a cambio de un puñado de billetes que, a los ex reclusos, les viene de putísima madre para sanear sus economías. Los bulos vienen y van. “Todo el mundo” conoce a uno que conoce al interno de apoyo de Julián Muñoz y puede dar fe rigurosa de las lágrimas del ex regidor cuando ve en televisión a la Pantoja. Suspiros de España. Añoranzas gitanas. Eso conmueve. Pero cuando dicen que Julián Muñoz telefoneó a la Pantoja desde la garita de los funcionarios del módulo I de ingresos, se sabe que es mentira, porque, lo que no saben se lo inventan y existen una manadilla de buitres del corazón dispuestos a cargarse a funcionarios y equipo directivo del Centro Penitenciario a base de bulos e invenciones de supuestos “tratos de favor” por pura mala fe.

Y muchos de esos buitreadotes de la válvula cardiaca y de los programas “rosa” son cualquier cosa menos licenciados en Ciencias de la Información, son simple gentuza utilizada en tertulias donde priman el griterío y la vulgaridad más abyecta, porque, cuanto más gritan, difaman y escandalizan, más sube su caché y más cobran. Lo que provoca en los presos de la Operación Malaya una increíble indefensión que, el director alhaurino no va a permitir, porque, si el Juez Instructor Torres en un papafrita incapaz de prohibir tajantemente que, los secretos de sumario, las agendas y los movimientos judiciales se pregonen en platós de televisión por boca de chusmones, el director tiene pelotas bastantes como para empezar a querellarse y silenciar a todos los mierdas que parecen empeñados en sacarse el sueldo del verano dando noticias del interior de una cárcel que no conocen y difamando a sus trabajadores.

Eso si. Si los tertulianos que destripan a Julián Muñoz o a Juan Antonio Roca denunciando falsos tratos de privilegio tuvieran cojones, ética y vergüenza, lo que no es el caso porque son los peor y lo más bajuno de la profesión (lo mejor escribe en la Razón, en ABC y en El pueblo de Ceuta y son titulados universitarios) Si esa mierda pestilente que vocifera en las tertulias fuera mínimamente honesta, podrían meterse por igual con los Malayos, con los presos mimados de ETA y con el módulo 9 de la cárcel de Topas en Salamanca con sus presos islámicos. Pero con los dengues, atenciones y privilegios de los peligrosos no se atreven, porque se juegan el pescuezo, se atreven con alcaldes trajinosos, con empresarios listillos y con ex alcaldesas obtusas y deprimidas, porque esa fauna, ni mata ni pone bombas.

A servidora, a través de sus clientes también le llegan cotilleos alhaurinos. A los malayos se les trata bien, como a todos los presos voluntariosos, educados y en absoluto conflictivos. A todos mis clientes, muchos de ellos en enfermería les tratan magníficamente, porque no dan problemas, cumplen el reglamento, cuando quieren algo ponen una instancia motivada a la dirección y el trato de los funcionarios es de una corrección absoluta con los ciudadanos correctos. Señores, que no estamos en Marruecos ni en una espantosa cárcel francesa. Ni tan siquiera en un infierno español tipo El Acebuche en Almería o Jaén, ni en un infiernillo de gelidez institucional y mala gestión, como la deprimente Botafuegos en Algeciras. ¿Qué como está Julián Muñoz? Pues muy afectado por la situación, con interno de apoyo constante y doblemente preso ya que no puede recibir, por culpa de la prensa, la visita de los suyos como el resto de los reclusos, que tienen el consuelo semanal de los cuarenta minutos por cristales y las comunicaciones familiares.

Julián Muñoz no puede disfrutar de los mismos derechos que el resto de los presos porque hay quienes quieren ganar dinero con una foto de la Pantoja llegando a la cárcel y el papafrita del Juez no es capaz de ordenar al Director del Centro que eche a los buitreadores de las puertas de Alhaurín porque eso es un presidio, donde acuden gentes con muchas penas y no una romería ni un cachondeo. Eso si. Todo preso listillo que salga puede levantarse unos euros vendiendo noticias falsas a las televisiones y acudiendo anónimamente a los programas para mercadear con las penas ajenas y dar detalles de cómo funciona la cárcel y de aquella vez que sorprendieron a un nota introduciendo un móvil diminuto dentro de las cámaras de aire de unas zapatillas de deporte y desde aquel momento prohibieron tajantemente las nikes o las adidas con cámaras de aire y ahora hay que meterle a los presos pumas que tienen suela normal. Picardías hay muchas. Porque aquí el que no corre vuela.

Pero los malayos no son como los etarras que parece que les ha hecho la boca un fraile y se pasan el día quejándose, exigiendo, protestando y pidiendo, amen de provocar a los funcionarios. La pena es que no haya testiculina en el corazón como para que unas cuantas locas, algún que otro maricón que da la nota moderna y varios comemierda, venteen las condiciones de los altivos y quejicas presos criminales de ETA o de los altivos radicales islámicos que “toman” los módulos, con el fin de que, estas quejas, lleguen a la Dirección General y se tomen medidas estrictas para erradicar mamoneos y privilegios indebidos.

No, el cotilleo alhaurino es “contra” los malayos porque son ricos, como ricos a base de subvenciones canallas son los etarras y de oscuros dineros los radicales islámicos, pero los malayos no matan y los otros si. Malaya vende. Y más venderá si alcanza o salpica a la Junta de Andalucía. Pero eso el Fiscal General no lo va a permitir, porque no les interesa a ellos, a los que mandan y orquestan “oportunas” malayas que restan atención de temas de mayor calado y gravedad política. Pero si cae algún politicastro, los buitres del cuore se lanzarán en picado a hacer casquería, es que ¿saben? Los malayos no matan y los políticos tampoco, por lo que resultan presas y víctimas muy apetecibles para los carroñeros alhaurinos, para los que están comiendo este veranillo a fuerza de hacer sangre a los que están doblemente indefensos, por estar presos, en Alhaurín. ¡Valiente porquería!.
 

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