Nuestra idiosincrasia ibérica
tiene unos posos chafarderos y chismosotes que, junto a la
naturaleza hispana de ser pueblo de héroes, santos y poetas,
conforma nuestro modo se ser y esta naturaleza tan cañí, que
no se puede aguantar ¡Categoría!.
Por eso el personal se chala por husmear en las condiciones
de vida y milagros de los de la Operación Malaya en la
elegante cárcel de Alhaurín y todos los presos que consiguen
el tercer grado y pueden demostrar que han purgado allá
adentro, buscan afanosos a los periodistas para venderles
“noticias” a cambio de un puñado de billetes que, a los ex
reclusos, les viene de putísima madre para sanear sus
economías. Los bulos vienen y van. “Todo el mundo” conoce a
uno que conoce al interno de apoyo de Julián Muñoz y puede
dar fe rigurosa de las lágrimas del ex regidor cuando ve en
televisión a la Pantoja. Suspiros de España. Añoranzas
gitanas. Eso conmueve. Pero cuando dicen que Julián Muñoz
telefoneó a la Pantoja desde la garita de los funcionarios
del módulo I de ingresos, se sabe que es mentira, porque, lo
que no saben se lo inventan y existen una manadilla de
buitres del corazón dispuestos a cargarse a funcionarios y
equipo directivo del Centro Penitenciario a base de bulos e
invenciones de supuestos “tratos de favor” por pura mala fe.
Y muchos de esos buitreadotes de la válvula cardiaca y de
los programas “rosa” son cualquier cosa menos licenciados en
Ciencias de la Información, son simple gentuza utilizada en
tertulias donde priman el griterío y la vulgaridad más
abyecta, porque, cuanto más gritan, difaman y escandalizan,
más sube su caché y más cobran. Lo que provoca en los presos
de la Operación Malaya una increíble indefensión que, el
director alhaurino no va a permitir, porque, si el Juez
Instructor Torres en un papafrita incapaz de prohibir
tajantemente que, los secretos de sumario, las agendas y los
movimientos judiciales se pregonen en platós de televisión
por boca de chusmones, el director tiene pelotas bastantes
como para empezar a querellarse y silenciar a todos los
mierdas que parecen empeñados en sacarse el sueldo del
verano dando noticias del interior de una cárcel que no
conocen y difamando a sus trabajadores.
Eso si. Si los tertulianos que destripan a Julián Muñoz o a
Juan Antonio Roca denunciando falsos tratos de privilegio
tuvieran cojones, ética y vergüenza, lo que no es el caso
porque son los peor y lo más bajuno de la profesión (lo
mejor escribe en la Razón, en ABC y en El pueblo de Ceuta y
son titulados universitarios) Si esa mierda pestilente que
vocifera en las tertulias fuera mínimamente honesta, podrían
meterse por igual con los Malayos, con los presos mimados de
ETA y con el módulo 9 de la cárcel de Topas en Salamanca con
sus presos islámicos. Pero con los dengues, atenciones y
privilegios de los peligrosos no se atreven, porque se
juegan el pescuezo, se atreven con alcaldes trajinosos, con
empresarios listillos y con ex alcaldesas obtusas y
deprimidas, porque esa fauna, ni mata ni pone bombas.
A servidora, a través de sus clientes también le llegan
cotilleos alhaurinos. A los malayos se les trata bien, como
a todos los presos voluntariosos, educados y en absoluto
conflictivos. A todos mis clientes, muchos de ellos en
enfermería les tratan magníficamente, porque no dan
problemas, cumplen el reglamento, cuando quieren algo ponen
una instancia motivada a la dirección y el trato de los
funcionarios es de una corrección absoluta con los
ciudadanos correctos. Señores, que no estamos en Marruecos
ni en una espantosa cárcel francesa. Ni tan siquiera en un
infierno español tipo El Acebuche en Almería o Jaén, ni en
un infiernillo de gelidez institucional y mala gestión, como
la deprimente Botafuegos en Algeciras. ¿Qué como está Julián
Muñoz? Pues muy afectado por la situación, con interno de
apoyo constante y doblemente preso ya que no puede recibir,
por culpa de la prensa, la visita de los suyos como el resto
de los reclusos, que tienen el consuelo semanal de los
cuarenta minutos por cristales y las comunicaciones
familiares.
Julián Muñoz no puede disfrutar de los mismos derechos que
el resto de los presos porque hay quienes quieren ganar
dinero con una foto de la Pantoja llegando a la cárcel y el
papafrita del Juez no es capaz de ordenar al Director del
Centro que eche a los buitreadores de las puertas de
Alhaurín porque eso es un presidio, donde acuden gentes con
muchas penas y no una romería ni un cachondeo. Eso si. Todo
preso listillo que salga puede levantarse unos euros
vendiendo noticias falsas a las televisiones y acudiendo
anónimamente a los programas para mercadear con las penas
ajenas y dar detalles de cómo funciona la cárcel y de
aquella vez que sorprendieron a un nota introduciendo un
móvil diminuto dentro de las cámaras de aire de unas
zapatillas de deporte y desde aquel momento prohibieron
tajantemente las nikes o las adidas con cámaras de aire y
ahora hay que meterle a los presos pumas que tienen suela
normal. Picardías hay muchas. Porque aquí el que no corre
vuela.
Pero los malayos no son como los etarras que parece que les
ha hecho la boca un fraile y se pasan el día quejándose,
exigiendo, protestando y pidiendo, amen de provocar a los
funcionarios. La pena es que no haya testiculina en el
corazón como para que unas cuantas locas, algún que otro
maricón que da la nota moderna y varios comemierda, venteen
las condiciones de los altivos y quejicas presos criminales
de ETA o de los altivos radicales islámicos que “toman” los
módulos, con el fin de que, estas quejas, lleguen a la
Dirección General y se tomen medidas estrictas para
erradicar mamoneos y privilegios indebidos.
No, el cotilleo alhaurino es “contra” los malayos porque son
ricos, como ricos a base de subvenciones canallas son los
etarras y de oscuros dineros los radicales islámicos, pero
los malayos no matan y los otros si. Malaya vende. Y más
venderá si alcanza o salpica a la Junta de Andalucía. Pero
eso el Fiscal General no lo va a permitir, porque no les
interesa a ellos, a los que mandan y orquestan “oportunas”
malayas que restan atención de temas de mayor calado y
gravedad política. Pero si cae algún politicastro, los
buitres del cuore se lanzarán en picado a hacer casquería,
es que ¿saben? Los malayos no matan y los políticos tampoco,
por lo que resultan presas y víctimas muy apetecibles para
los carroñeros alhaurinos, para los que están comiendo este
veranillo a fuerza de hacer sangre a los que están
doblemente indefensos, por estar presos, en Alhaurín.
¡Valiente porquería!.
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