“Buscamos padres para nuestros niños, no niños para nuestros
padres”, señaló María del Mar Feria, directora del grupo de
especialistas de la Ciudad que realizan el estudio de
idoneidad para las familias ceutíes que desean adoptar un
niño. Esta afirmación refleja el espíritu que mueve el
trabajo de estos profesionales. No se trata de “solidaridad”
sino de “querer ser padres”.
El Área de Menores de la Ceuta posee un equipo compuesto por
un asesor jurídico, un psicólogo, un trabajador social, un
educador y por su puesto, una persona que dirige el
proyecto. El certificado de idoneidad es uno de los
requisitos legales que necesita la familia pero el proceso
de adopción es aprobado en el ámbito judicial. Por esta
razón, la cuantía de adopciones en Ceuta es relativa porque
la mayoría de resoluciones en 2005 no se iniciaron en este
período. A pesar de ésto, la directora María del Mar Feria,
señala que se observa un aumento de adopciones
internacionales frente a las nacionales tanto en Ceuta como
a nivel estatal.
La directora del equipo ceutí explica que en nuestro país
existen pocos niños que cumplan las condiciones de
adoptabilidad en relación con terceros países en los que no
existe un sistema de bienestar como el español. El sistema
exige tres requisitos fundamentales, estos son, privación de
patria potestad, la filiación desconocida y el asentimiento
de adopción.
Ceuta cuenta con varios centros de protección de menores:
San Ildefonso, Mediterráneo, La Esperanza así como dos pisos
tutelados, gestionados por ‘Mensajeros de la Paz’ y Cruz
Roja. El perfil de las familias que solicitan una adopción
en Ceuta es una pareja con problemas de fertilidad, con un
nivel socioeconómico y cultural medio-alto. Por su puesto,
también se registran peticiones de familias monoparentales,
de parejas con hijos biológicos y de diferentes niveles
educativos.
Idoneidad
El primer paso por el que pasa una familia ceutí que desea
adoptar es recibir dos charlas informativas. Posteriormente,
deciden si llevan a cabo la adopción nacional o
internacional, deben cumplimentar la solicitud y aportar
toda la documentación. El expediente llega así al libro de
Registro de Adopción, donde los casos se procesan mediante
un riguroso orden de inscripción.
La citación de la familia supone el inicio de dos estudios
paralelos, el psicológico y el social de los solicitantes,
que desembocará en un informe técnico de idoneidad o no.
Esta propuesta se eleva a la Comisión de Atención a la
Infancia, órgano colegiado y decisorio en materia de menores
en la Ciudad Autónoma. En el caso de la adopción nacional,
los responsables deben encontrar a un niño que reúna esas
condiciones de adoptabilidad respecto al perfil de la
familia.
Las adopciones internacionales se tramitan con el país de
origen del niño, por lo que la elección de la nacionalidad
del menor es anterior al certificado de idoneidad. Son dos
legislaciones, las que entran en juego y el estudio tiene
unos condicionantes propios dependiendo del país. En el caso
de la República Popular China, se exige que la familia
piense en quiénes pueden ser los tutores del niño en caso de
fallecimiento de los padres adoptivos. Por lo tanto, esta
familia asignada como tutores también debe pasar por un
estudio previo.
Los servicios sociales ceutíes analizan la capacidad
afectiva, educativa y de adaptación de los futuros padres,
sobre todo, a la hora incorporar a su familia un niño de
otra etnia o idioma; la existencia de motivaciones
adecuadas, es decir, los expertos estudian si es el momento
óptimo para adoptar, el grado de implicación de la pareja;
la estabilidad familiar y madurez emocional de los
solicitantes; la salud física y mental; los apoyos
económicos y sociales así como las habilidades emocionales.
Trámites internacionales
Los trámites con el país de nacimiento del niño se pueden
llevar a cabo mediante Protocolo Público, es decir, a través
del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales o por mediación
de ECAI´S, que son entidades colaboradoras en materia de
adopción internacional. Ceuta no cuenta con ningún organismo
de este tipo, suelen colaborar con ECAI´S de otras
comunidades autónomas.
La larga espera en las adopciones internacionales llega una
vez que se envía la documentación al país seleccionado. La
concesión de una preasignación posibilita que la familia
viaje al destino en cuestión, donde se resolverá la
adopción. Los padres regresan a Ceuta con el niño, inmersos
en un período de seguimiento postadoptivo. El país de origen
establece la duración de esta fase de observación, con el
que el tiempo puede oscilar entre uno a cinco años.
Los países más solicitados por las familias ceutíes son
China y Rusia, preferencias que coinciden con el perfil
nacional. En estos momentos, se están tramitando adopciones
de niños búlgaros, ucranianos, mejicanos y colombianos.
A la cabeza
España es el primer país en tasa de adopciones
internacionales por habitante, sobre todo, en la República
Popular China, por delante de Estados Unidos, según María
del Mar Feria. El país norteamericano registra más
adopciones en términos absolutos pero España es la primera
“con diferencia” respecto a la población y el territorio.
Por lo que, el pequeño descenso que se registró en 2005,
según los datos del Estado de Servicios Sociales, Familia y
Discapacidad. Los españoles adoptaron a 5.541 niños, 118
menos que en 2004. Un descenso irrelevante ya que se
registran 12,3 casos por cada 100.000 habitantes. Además,
nuestro país mantiene una de las tasa de fracaso en materia
de adopción más bajas del mundo. Sólo un uno por ciento de
los procesos se rompió durante el período 2001-2003.
Ningún país ha expresado reticencia o rechazo ante la
posibilidad de que las parejas homosexuales puedan adoptar
desde la reforma del Código Civil en 2005. Asimismo, ningún
matrimonio compuesto por personas del mismo sexo solicitó
ninguna adopción ni nacional ni internacional. El 79 por
ciento de los adoptados en 2005 tenía entre 0 y 2 años, y
sólo el 7 por ciento tenía más de 9 años en el momento de la
adopción. El aumento gradual de las adopciones en nuestro
país es un hecho que manifiesta nuestra madurez, porque
sabemos que “ninguna necesidad es más grande en la niñez que
la protección de un padre”.
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Los países coránicos no permiten la adopción
Los países de origen islámico no
realizan adopciones, “ningún país coránico”, destacó Feria.
“No entienden la figura de la adopción, para ellos no
existe”, dijo. Por lo tanto, no hay procesos de adopción con
Marruecos o Argelia. En esta zona existe una medida
protectora en auge que se denomina ‘kafala’, similar a una
tutela, la familia se encarga de la crianza de los niños
pero no produce efecto filatorio ni sucesorios. No son
padres sino tutores.
El área de Menores de la Ciudad Autónoma también realiza
estudios de idoneidad a familias que solicitan una ‘kafala’.
Este trámite “jamás puede ser reconvertido en adopción
porque la religión islámica lo prohíbe”, indicó la
directora.
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