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Si por un lado la Administración
General del Estado va a actuar en la recuperación de Fuente
Caballos con lo que se pondrá en gran valor una zona que en
estos momentos se encuentra dejada de la mano de Dios, por
otro un grupo de jóvenes del Instituto de la Juventud
colabora con la Ciudad Autónoma en las tareas de
recuperación de la zona del Desnarigado.
Es un hecho que existía una gran demanda por dotar, por un
lado a Fuente Caballos de un arreglo y mejora general para,
sin ofender al medio ambiente, ganar el lugar, de algún
modo, para los ciudadanos. Por otro lado, las bellísimas
calas y acantilados que rodean el monte Hacho son
merecedoras de tenerlos muy en cuenta dado que son, por su
impresionantes estructuras, un lugar destinado a su
maravillada contemplación.
La sinuosidad y majestuosidad de nuestra zona marítima
costera en lo referente al monte Hacho merece ser
permanentemente contemplada como un claro activo de nuestro
entorno paisajístico dentro del ámbito de lo turístico.
La actuación sobre Fuente Caballos, cuya documentación se
encuentra en estos momentos en el Ministerio de Fomento,
estará destinada a la mejora paisajística de un lugar que
por su casi eterno olvido, se encuentra realmente dañado.
Es momento pues de mostrar esperanzados la confianza
necesaria en quienes ejecutarán las actuaciones sobre el
lugar que ha previsto la Administración General del Estado.
La zona marítima ‘La Ribera - Fuente Caballos’ quedará
perfectamente conectada y enlazada ¿por qué no? con el
célebre camino de Ronda donde el senderismo puede
convertirse en una actividad realmente gratificante por el
inigualable paraje que lo rodea.
En todo caso, no sería nada malo mirar hacia nuestras
bellezas paisajísticas naturales y su puesta en valor para
su disfrute tanto en un futuro turismo contemplativo como
activo.
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OPINIÓN / EDITORIAL
