Tres días en Galicia de aprendizaje y de lucha. La
experiencia de los catorce voluntarios del Cuerpo de
Bomberos en tierras orensanas forma ya parte de su memoria
personal. Mientras los focos activos que restan en A Coruña
y Pontevedra continúan remitiendo, la situación en los
montes de Avion ha quedado bajo el control del Parque de
Bomberos de la capital de la provincia y el destacamento
local pudo, ayer, volver a pisar suelo ceutí. Alrededor de
las 21 horas, el Puerto de la ciudad fue el punto de
encuentro entre la presidenta accidental, Yolanda Bel, y la
expedición de bomberos que aprovecharon para manifestar su
satisfacción por haber podido colaborar en la extinción de
los fuegos. Un viaje “histórico” por ser la primera
incursión del Cuerpo en la Península, tal como declaró el
jefe del Parque de Bomberos, Manuel Gentil.
Una experiencia “imposible de repetir” que trasciende la
vertiente profesional. La acogida en Galicia ha sobrepasado
las expectativas del grupo de profesionales y así quedó
demostrado con la recepción y despedida del alcalde de
Ourense, Manuel Cabezas y el trato de los vecinos norteños.
Los voluntarios volvieron a casa con un paisaje para no
olvidar. Un trabajo “muy distinto” al de Ceuta con el
objetivo de colaborar en la protección del entorno, explicó,
ayer, el Sargento Miguel Ángel Ríos.
3 días de trabajo
Una labor que se ha centrado en tres zonas montañosas de la
provincia de Ourense: O Carballiño, Avion y Couso. Tras
pasar su primer día de retén, el contingente ceutí empleó
los otros dos días en activo para realizar labores de apoyo
con el grupo voluntario de Euskadi y los propios bomberos
orensanos. El punto álgido de su trabajo fue la realización
de un contrafuego. Un ejercicio de riesgo que nunca se había
desarrollado en la Ciudad Autónoma ante la escasez de fuegos
potentes y que fue necesario porque entraban en juego
núcleos habitados del Concello de Avion. El resto de
colaboraciones se centraron en refrescar zonas quemadas para
regenerar suelo. A las 16 horas del martes, ante la
perspectiva de mejora y control incendiario, el grupo de
voluntarios acordó con el Parque de Bomberos de Ourense que
era hora de regresar a casa.
Después de doce días de intensa actividad, Galicia puede
empezar a respirar. A última hora del martes, restaban por
apagar 82 incendios, todos ellos controlados. El presidente
de la Xunta, Emilio Touriño dio por finalizada la crisis aún
a riesgo de los quince días que faltan hasta terminar agosto
y el mes de septiembre. Por esta razón, los recursos
desplegados seguirán alerta tanto en la lucha contra el
fuego como en las investigaciones abiertas para dar con los
autores de los siniestros. Tras haber pasado la peor etapa,
ahora es el momento, según el responsable del Gobierno
gallego, de recuperar las zonas arrasadas.
Para los voluntarios ceutíes, la experiencia ha sido “muy
positiva”. Lo que queda atrás es la imagen del Concello de
Avion donde se han arrasado 4.000 hectáreas de bosque. A
nivel autonómico, la masa forestal quemada supera el 10%,
pero Galicia puede empezar a trabajar para la reforestación
del patrimonio natural desaparecido.
Los bomberos regresaron sin contratiempos. “Lo importante ha
sido pode ayudar”, concluyó Ríos.
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