Las terrazas veraniegas constituyen uno de los reclamos
turísticos de todas las ciudades costeras españolas. Y Ceuta
no es un caso ajeno. En la ciudad, las licencias de apertura
se solicitan en la consejería de Fomento y la aprobación es
competencia de la viceconsejería de Turismo. En 2006, se han
concedido 16 peticiones y, en 2005, 21. Este año, la Ciudad
ha decidido apostar por un negocio clásico y a la par
emergente: los bares con puestos de ‘pinchitos’ al aire
libre. Y es que, a juicio del titular de Turismo, José
Antonio Rodríguez, han experimentado un “crecimiento
extraordinario que constatan los visitantes y los propios
ceutíes”.
De momento, se ha dado el visto bueno a dos negocios de
‘pinchitos’, pero Turismo mantiene la vista puesta en este
sector hostelero. En este campo, la viceconsejería reconoce
un mayor número de exigencias en materia de limpieza,
seguridad, control de residuos y títulos de manipulación de
alimentos. “Son un reclamo interesante, pero la Ciudad
mantiene especiales medidas de control”.
A pesar de las 18 licencias en 2006, un amplio número de
hosteleros han solicitado fórmulas que agilicen los permisos
porque, a su juicio, el aumento de espacios al aire libre
redundarían en un turismo más activo que, actualmente, no se
produce. A esta impresión, el viceconsejero de Fomento
señala que la aprobación “no se retrasa más de quince días”
ya que la ordenanza reguladora de terrazas funciona
“correctamente”.
El problema, a juicio de Doncel, “podría estribar en
aquellos negocios a los que se les solicita algún tipo de
documentación o que subsanen puntos concretos; situación que
sí demoraría el proceso”. Otro de los puntos que critican
los hosteleros es el horario de terrazas. Doncel apunta que
es “el mismo que en el resto de ciudades”, según si son
negocios de la zona centro o el Poblado Marinero que amplía
el tiempo.
Tras el estudio de Fomento, Turismo se pronuncia respecto al
mobiliario, el orden, la estética y la situación. La
ocupación debe regirse a la fachada del establecimiento y
respetar las zonas de paso peatonal, el cumplimiento de
horarios y las emisiones de ruidos. La contaminación
acústica constituye uno de los problemas más habituales en
los negocios de la ciudad.
Denuncias
Los hosteleros pueden permitirse hasta tres denuncias.
Después, cierre del negocio. Este año, Rodríguez señala que
“sólo se ha clausurado un negocio”, y añade, “Si todo es
correcto, la aprobación es inmediata”.
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El Ejecutivo acepta una petición formal
Desde Fomento se señala que la
Ciudad está abierta a cualquier tipo de petición “siempre
que sea viable porque las puertas están abiertas para sumar,
nunca para restar”. Doncel apunta que las quejas podrían
resolverse si se realizase una petición formal por parte de
los hosteleros, pero, en su opinión, el horario existente es
“correcto” y la postura del Ejecutivo es “flexible”.
De hecho, cuando un negocio incumple alguna de las normas,
Doncel asegura que se suele acudir “directamente” al dueño
del local ya que no se trata de realizar una “persecución”
contra la apertura de terrazas.
“Siempre que haya un negocio es bueno porque genera turismo
y empleo en la ciudad, procuramos agilizar el sistema”.
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