No son los únicos, pero sí son unos de los que más
perjudicados saldrán con la ley anti-tabaco. En el sector
del juego, el público, en un 90 por ciento aproximadamente,
es fumador habitual. la diversión va de la mano de otros
hábitos como el tabaco y la bebida. Cuando alguien se ve
obligado a prescindir de su cigarrillo, prefiere no jugarse
la partida.
El sector de empresas de juego y bingos se quejan de que la
ley, que les dio ocho meses desde principios de año para
adaptar sus locales como al resto de comercios, no les
respalde.
Un 30 por ciento del espacio debe ir separado físicamente
del restante 70 por ciento del salón. Paradójicamente, la
gran parte del local debe destinarse a los no fumadores,
mientras que los fumadores se ven apiñados en el grupo más
reducido. El sector se queja y prevé pérdidas millonarias.
Algunas fuentes aseguran que, si bien es un negocio que ve
disminuidos sus ingresos cada año, con la nueva normativa
irá “a peor”.
|