“En 1980, el General Islamista Zia ul Haq forzó más
islamización bajo la presión saudita para que se introdujera
la Sharia islámica tribal y medieval. Además de las
oraciones públicas obligatorias, hubo leyes islámicas
brutales que penalizaban actos sexuales muy naturales, que
también penalizaban la supuesta blasfemia: la represiva
Ordenanza Hudood y las infames leyes de Blasfemia. Miles de
mujeres inocentes continúan sufriendo bajo estas y otras
leyes islámicas fascistas por simples rumores. Las mujeres
violadas han sido enviadas a la horca por el crimen de haber
sido violadas. (La Sharia islámica es el único sistema de
ley que castiga a las víctimas: Fatemollah). El estado
Pakistaní ha probado ser un instrumento obediente y
siniestro en servicio del terrorismo y fascismo islámico de
los mullahs. Pakistán creó el odiado Talibán afgano y muchas
otras organizaciones similares en Afganistán. Organizaciones
similares continuan floreciendo en Pakistán y siguen
tratando de crear un estado islámico fascista y totalitario.
A pesar de fuertes pronunciamientos de lucha en contra del
terrorismo islámico, el mal continúa floreciendo. Sin duda
alguna, Pakistán es una fuente principal de suministros para
el terrorismo Iraquí. El comercio de drogas ilícitas
continúa bajo la bendición de los mullahs islámicos y del
ISI (La Inteligencia Militar Islámica). También hay centros
de prostitución islámica en cada ciudad islámica del
Pakistán Islámico, donde se obliga a sufrir a las
secuestradas y las mujeres no islámicas. Los intelectuales
seculares, liberales y racionalistas continúan sufriendo en
Pakistán, como las víctimas de la infame Inquisición
Cristiana de la Europa medieval. Así como las iglesias
cristianas quemaban herejes, los mullahs islámicos los
condenan por blasfemia”.
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