Los tiempos cambian, los gobiernos
ponen cotos, se llegan a acuerdos, se intenta frenar la
llegada de subsaharianos al norte de África para que no
dispongan de un acceso más fácil a Europa, pero las mafias
dedicadas al tráfico de personas se amoldan a todo tipo de
circunstancias.
De la aglomeración de subsaharianos en los montes próximos a
Ceuta o a Melilla, cortado por la presencia de militares a
uno y otro lado de la valla, se pasó al acceso por mar con
la técnica neumática guiada por motores humanos; más tarde
con trajes de neopreno y con submarinistas... Sin embargo,
poco a poco las medidas policiales han ido a más, logrando
cercenar todo tipo de imaginativas fórmulas para acceder
ilegalmente al país.Pero la búsqueda del dinero fácil -por
quienes antes manejaban con rutina el narcotráfico,
actividad cortada de raíz gracias al SIVE en el Estrecho-
sigue siendo el ‘leit motiv’ de estas organizadas mafias
capaces de retar a gobiernos español o marroquí en el logro
de sus objetivos aprovechándose para ello de la
desesperación y de las desgracias humanas.
En la Playa de Las Tres Piedras, los ceutíes que disfrutaban
el miércoles de una jornada de sol y playa en las
inmejorables orillas marroquíes, contemplaron impotentes la
sangre fría de un piloto de moto acuática al lanzar a
patadas a un asiático a unos cincuenta metros de la costa.
Lanzó a tres para evitar la persecución de las autoridades
marroquíes y uno de ellos murió.
La inmigración asiática ha aumentado su presencia en esta
ruta ahora que la mirada anda muy desviada y atenta en
Canarias con la masiva llegada de cayucos, por lo que la
presión en Ceuta no es ahora subsahariana. Mohamed VI
veranea estos días en Kabila, motivo por el cual debiera ser
un fortín de seguridad la zona. Pero no, las mafias son
capaces de retar incluso la supuesta mejor organización
policial en el norte de Marruecos habida cuenta de la
presencia real.
La mafia del tráfico humano en este entorno nuestro no sólo
es marroquí, que también. Gran parte del operativo mafioso
es ceutí y se sabe. Sólo hace falta esperar para que la
acción policial investigadora caiga con todo el peso encima
de estos canallas.
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