Los movimientos vecinales surgieron hace treinta años
cuando, en la periferia de las ciudades, la ciudadanía
comenzó a sentirse desprotegida en ámbitos como el acerado,
los puntos de luz o la red de saneamiento. Problemáticas que
arrancaron el espíritu reivindicativo en todo la sociedad
española y que en Ceuta se materializó, hace 26 años, en un
organismo que, desde entonces, “lucha diariamente desde las
barricadas”: la Federación Provincial de Asociaciones de
Vecinos (FPAV).
Gregorio García Castañeda, Miguel Merino, Manolo Seoane,
‘Joselito’ o José Ramos conforman parte de la historia
reciente de la asociación y no pasarán de largo en la
memoria de la ciudad gracias al museo-homenaje que la
entidad está preparando en su sede y al que tendrán que
añadir las imágenes de la recepción de la Medalla de la
Autonomía que recogerán, el próximo 2 de septiembre, de
manos de Juan Vivas. “Extraordinariamente satisfechos por la
candidatura, es un reconocimiento a la labor de colaboración
de la Federación”, manifiesta José Ramos.
En la actualidad, está integrada dentro de la Confederación
de Asociaciones de Vecinos Andaluces (CAVA) y en la Unión
Estatal de Confederaciones (UECAV). En ésta última hay dos
miembros de la FPAV en su junta directiva (vocalía y
tesorería): “se han dado cuenta de lo bien que trabajamos
para mantener el activismo vecinal”. Un ejemplo palpable es
que está integrada por 64 asociaciones que componen “el 98%
de las barriadas de la ciudad”, mientras que Almería cuenta
con 2 agrupaciones con 14 asociaciones afiliadas, “50
menos”.
Aunque reconoce que alcanzar el 100% de los barrios es
complicado, observa el lado positivo de su trabajo. “Es
gratificante ver como las barriadas van creciendo y los
vecinos consiguen sus peticiones”. Además, destaca la
preparación de los miembros de la FPAV para conciliar las
inquietudes para “redundar en el beneficio” de la ciudad.
Aún así, asume que, “a menudo”, la entidad se siente
“incomprendida y criticada” y les falta tiempo para estar
con la familia, pero resalta la inmersión en un mundo
“apasionante en el ninguno gana un céntimo”.
A su juicio, las “peculiares” condiciones de Ceuta hacen que
las cosas se extrapolen y “todo parezca más grande”. Pero su
intención es colaborar con las autoridades para mejorar la
calidad de vida. “Diálogo y pocas reivindicaciones porque no
nos hace falta”, resume.
Los buenos momentos se funden con las anécdotas. Ramos aún
recuerda una llamada, “a la 1 de la madrugada”, de un vecino
para decirle que el punto de luz de su farola estaba
apagado, “ o si no, una tapadera suelta”. Horas
intempestivas para trabajar, pero “para que se queden
tranquilos”, prefiere acercarse a su casa y hablar con el
vecino. “Es nuestra labor”.
Entre las próximas actividades, un congreso vecinal de la
UECAV y otro en Huelva con CAVA con la que, hasta hace poco,
tenía un convenio de colaboración limitado, pero ha
aumentado el acuerdo al ver la disposición ceutí. “Poco a
poco, vamos siendo autosuficientes; hacernos valer”.
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