El balance es provisional. La delegación del Gobierno avanzó
los datos obtenidos hasta las 18:00 horas de ayer. Así, y
según las hemerotecas, podríamos avanzar que la cifra se
incrementará durante el día de hoy. El saldo de
interceptados es, por el momento, de 345 inmigrantes
ilegales. De éstos, 322 son de nacionalidad marroquí, por lo
que las autoridades los trasladaron hasta la frontera para
el retorno a su país. El resto, son naturales de Argelia o
Bangladesh. La mayoría de retenciones se produjeron en la
primera fase de la ‘Operación Feriante’, efectuada en el
recinto ferial donde la Policía Nacional retuvo a 281
personas.
En la operación del puerto, dirigida por la Guardia Civil,
los agentes interceptaron a 21 personas en la estación
marítima. Además, se realizaron otras seis retenciones en el
puerto, en los controles policiales. La Policía Local, por
su parte, retuvo a 17 personas en las tareas de apoyo y
escolta durante las primeras horas de la mañana, en el
recinto ferial. Al cierre de esta edición, la delegación del
Gobierno no tenía constancia de decomisos de drogas.
En el recinto
La Policía Nacional estuvo durante toda la noche
investigando a ‘sospechosos’ que merodeaban por los
alrededores de los tráilers de los feriantes. Ante la
negativa de mostrar un permiso de trabajo, los trasladaron a
la caseta-cuartelillo, desde donde los pasaron a las
furgonetas que los trasladarían más tarde a la frontera del
Tarajal en caso de tratarse de marroquíes.
Hacia las 8:30 de la mañana, las caravanas más tempranas
llegaban al puerto, rumbo a Algeciras. Uno de los primeros
feriantes avisó sin espera a los agentes: “Se me han
colado”. Salieron más de seis que estaban entre las
atracciones de feria mientras el comerciante reía “os lo he
dicho”.
La historia se repite. Hay camiones donde “siempre” se
esconden. En los mismos rincones de los mismos feriantes, lo
que hace sospechar a los agentes. Sin embargo, la
colaboración del comerciante al avisar de lo que
presuntamente ha visto “saltar” hace que el feriante
arranque y tome el ferry.
Y así un control “goteo” en el que los agentes vuelven a
iniciar el mismo proceso: sensores en el suelo -desde el
cuartel improvisado, la cámara revela si da positivo o
negativo-, perros a la cabina y agentes al techo del camión.
Al llegar a Algeciras, el convoy todavía tiene que pasar un
tercer control. Algunos se desesperan: “Tenemos que pagar
1.000 euros por el terreno de la Feria, además del coste del
barco para cruzar el tráiler” se lamentó un feriante, “y no
sale rentable”.
Según los efectivos de la Guardia Civil del puerto -una
veintena-este año “es como todos”. Lo que sí es cierto, es
que cada verano las posibilidades de ‘colarse’ se reducen.
Con la ayuda del reputado sensor que detecta los latidos del
corazón y de los perros del servicio cinológico -que los
iban relevando con frecuencia- el paso de inmigrantes
escondidos entre los ‘cacharros’ se hace casi imposible.
Pero no del todo. Un agente de la Benemérita comentó que, si
se escondieron 21 “pillamos a 20, pero el otro pasa”.
Mirando alrededor del aparcamiento del puerto, las familias
de los feriantes esperan colas de más de seis horas. Se
quejan de que, por culpa de los exhaustivos controles,
llegarán a la Península un día más tarde. Y es que cada
‘examen’ del camión le lleva a los agentes una media de 15
minutos, lo que hace que la espera se ralentice.
En las escolleras, y frente al puesto fijo de dos agentes,
otro grupo de indocumentados espera el momento de saltar y
esconderse. Suelen hacer una suerte de plancha con maderas
que luego colocan en los bajos de los camiones y “es difícil
verlos”, indica un agente mientras señala el hueco.
Visita del delegado
El delegado del Gobierno, Jenaro García-Arreciado, visitó el
puerto a las 10:45 horas. Tras conocer un primer balance,
aseguró que la opración iba “bien” y que puede que termine
esta misma mañana. Además, manifestó que este año los
feriantes no tenían demasiada prisa “ya que la Feria de
Málaga empieza con retraso”. Por último, agradeció a los
efectivos su labor.
|