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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 02 DE AGOSTO DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Penal de penas
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Tengo este verano conmigo a una estudiante de tercero de ICADE haciendo sus horas de prácticas de Derecho Penal. Es una linda e inteligente joven llamada Angela, medio española medio yanki, es decir, una mestiza pata negra, que me acompaña y va tomando notas de una rama del Derecho que se llama “Penal” por las penas que ,casi siempre, lleva aparejadas. Pero no en forma de años de prisión, sino de penas del sentimiento, de pesares…Donde hay un delito siempre existen culpable y víctima, cada cual con sus circunstancias y casi siempre cada cual arrastrando tras de si una familia.

“Odia el delito y compadece al delincuente” Vale, muy hermoso sobre el papel, pero muy irreal cuando te encuentras ante psicópatas hijos de puta, ante golfos o ante delincuentes con floridos historiales y un afán enfermizo por la reincidencia, lo que habla a su vez de evidentes desórdenes psíquicos o de psicopatías más curable tal vez en manicomios de los de antes que en cárceles. Pero también caen desgraciados abrumados precisamente por las circunstancias de sus vidas, gentes que, en otros entornos y en otros medios puede que hubieran sido ciudadanos normales. ¡Cuántas y cuantas penas apareja el Penal!.

¿Que si mi joven pasante está llevando unas prácticas animadas? Hay de todo como en botica, aunque ella se sorprende, aun cuando estamos en la época dorada del respeto a los Derechos Humanos. Relativamente. Yo soy relativista. Dicen respetarse los Derechos Humanos, pero siguen existiendo calabozos y arrestos tercermundistas, puercos, infectos y repugnantes. Yo los he visto y los sigo viendo. Por ejemplo los calabozos de la Audiencia Provincial de Málaga, donde no merecen residir ni los perros sarnosos abandonados, pero que ocupan hambrientos, sedientos y desesperados presos, sin apenas luz, sin ventilación, sin alimento, sin más consuelo que los afanes de esos hombres de Dios que son los miembros de la Policía que intentan mitigar vanamente sus padeceres, mientras, en los despachos del primer piso los Ilustrísimos Magistrados no se enteran o no quieren enterarse de la podredumbre y la desdicha existente en los sótanos de su bello Palacio de ¿Justicia? Miramar. Ojos que no ven corazón que no siente. En la Europa del siglo XXI.

Eso si, nuestros gobernantes, a alto nivel, a ese nivel de privilegiados que raramente pisarán un calabozo inmundo (aunque no hay que fiarse, “nunca” hay que fiarse) Nuestros payasetes pontificadotes van dando lecciones de moralina a nivel internacional. Y no se les cae la cara de vergüenza. ¿Han visitado en plan residente el infierno del reformatorio de Tierra de Oria en Almería? Si, ese mismo en el que estoy trabajando contra reloj buscando a chicos malagueños que hayan penado allá donde enloquece la rosa de los vientos, para que hagan declaraciones juradas ante notario, pagadas de mi pobre bolsillo, para tratar de cerrar ese centro. Un chico, Alejandro Lopez Campanario, que me autoriza a dar su nombre, recuerda hasta a los maestros que le brearon a palos “Zeñora abogá ezo é peó que er Guantánamo”.

¿Guantánamo? Nuestros Poderosos hacen melindres y dan grititos de horror ante el espantoso penal americano , pero no miran a su alrededor buscando crónicas de horrores. Como crónica del horror cotidiano son todas y cada una de las espantosas conducciones que sufren los presos de prisión a prisión en ataúdes de hierro. Más confortables son transportados los cerdos que, por lo menos, van al aire libre.¡Malditas sean las conducciones y los monstruos que las toleran! ¡Malditas las celdas de aislamiento de esos presos “peligrosos” que muchas veces no son más que pobres locos sin diagnosticar!.

¿Qué dicen ustedes? ¿Qué el Delegado de Gobierno dijo a bombo y platillo que la cárcel de Ceuta no es tercermundista? Eso es que tan solo conoció a sus estupendos funcionarios que bregan como pueden con lo poco que tienen. Señor Delegado: Se venga con servidora al locutorio de abogados, tan típicamente moruno y como muestra un botón.

Penal de penas. ¿Y por que los Centros Penitenciarios del Puerto I y II han dejado de llamarse penales? ¿Y que me dicen del desértico infierno de El Acebuche en Almería? ¡Maldito sea el degenerado que tolera la existencia de semejante agujero! ¿Qué le puedo contar a Angela? Solo aconsejarle que no se dedique a esto, porque el choque con las penalidades, o te hiela el corazón como esas dos Españas de antaño al españolito que venía al mundo, te hiela y te congela los sentimientos. O por el contrario te revuelve el ADN, este mejunje genético nuestro de guerreros, santos y poetas y decides no conformarte y gritar tu rabia y tu repugnancia a los cuatro vientos. Servidora y los que como yo, “sentimos” las penas, no nos conformamos con denunciar, sino que queremos remover la mierda y limpiarla, por mal que huela, por mucho que pueda salpicar durante su manipulación a los espíritus puros y a esos inútiles profesionales de la buena conciencia que nos Gobiernan desde despachos enmoquetados, pero que no bajan a los calabozos, ni reciben una bandejilla de mejunjes infectos y apestosos como único alimento, ni son sepultados en vida entre las chapas de un furgón de conducción que acaba lleno de vómitos, meados y lágrimas. Poderosos ¿Les hace una buena conducción de presos? Si. Ahí es donde tienen que estar, con los que sufren y no en los despachazos pagados con nuestros sudores. Estoy sudando de angustia pensando en las conducciones de verano, en los seres humanos tratados como bestias, en los calabozos en sótanos inmundos y este sudor mío paga sueldos, dietas, comilonas, pedazos de vacaciones, fastos y privilegios.

El sudor del abogado que siente y al que pesan los pesares es pegajoso, insano, apestoso. Por mimetismo nos impregnamos del olor a miedo de muchos de los detenidos. ¿Usted sabe señor Delegado que el miedo huele? Huele a aliento sucio, a sobaquina, a desesperación. Se pase por el arresto, se meta en una conducción, se de un garbeo por las celdas de aislamiento y huela el terror y el horror.

No me gustan las prácticas de Angela, la rubia beldad de ICADE, ni sus ojos desencajados por lo que viven y por lo que ven, que es lo que deberían vivir y ver los Privilegiados para luego dar gracias fervientemente al buen Dios por lo mucho que tienen. ¿Derecho Penal? De penas. El derecho del dolor.
 

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