Puede que algunos de ustedes no se
lo crean, pero si hay algo que me emociona y me pone el
libido de las emociones fuertes a más velocidad que Alonso
pone su coche, son el inicio de las campañas electorales.
Oiga, amigo guardia, no lo puedo remediar, en cuanto siento
dentro de mi el gusanillo que me impone ese inicio, me pasa
como a Santa Teresa que ya vivo sin vivir en mi.
Es algo que no les puedo explicar, quizás porque no tiene
explicación alguna, teniendo en cuenta que al no pertenecer
a ningún partido político, el asunto ni me va ni me viene.
Me da exactamente igual quien sea el que gane las
elecciones, municipales o generales porque, ese,. no es mi
problema.Y, además, gane quien gane, en nada me van a
beneficiar. A quien Dios se la dé, San Pedrose la bendiga.
Pensándolo bien, casi tengo la certeza, que ese libido
emocional me entra debido a la cantidad de regalos que te
dan por la calle, mecheros, bolígrafos, cintas de videos y
la tira de cosas a las que, por si fuera poco, hay que
añadir el estrecharle la mano a todo bicho vivente. Cómo
será la cosa que uno de los futuribles, hace cuatro años, le
dio la mano a una de las estatuas que hay en el puente.
¡Será por dar la mano!.
Y lo gracioso del caso, de todos estos que se acercan a
darte la mano e incluso un abrazo si el personaje merece tal
cosas, son aquellos que te ven todos los días y no te dicen
ni adiós. No me digan que todas estas cosas, que suceden
cada cuatro años, no es para que te suba al máximo el libido
de las emociones fuertes.
Perdonen un momento, tengo una llamada de teléfono. ¿Sí,
dígame?.
- Jefe, soy yo, desde Sevilla, para invitarle a que se
vengan con toda la familia el fin de semana a la feria.
- Gracias, enano, pero no puedo ir. La cosa del euro, esa
moneda que tiene en la ruina a todos los trabajadores de
este fermosos país, de momento, llamado España, está más
floja que un bastón de chicle. El año que viene, si me toca
la primitiva, te prometo que pasaré la feria contigo en
Sevilla.
- ¿Dé qué está, usted, escribiendo, en estos momentos,
jefe?.
- De la emoción que me invade cuando se inician las campañas
electorales.
-.Por cierto, jefe, que tengo el niño en el paro desde hace
dos años y no le encuentro colocación, y esto ya algo
desesperado porque, el niño, tiene ya cuarenta años.
Me han dicho, jefe, que si digo que el niño era afiliado del
GIL, destacado militante y uno de los más críticos con el
Partido Popular, en caso de ganar ese partido, que la cosa
parece que está cantada llevando a Juan Vivas, me colocan al
niño enseguida en un buen puesto y con una buena pasta
gansa. Porque si eso es así, desde mañana mismo le digo al
niño que largue toda la “caña” del mundo contra el Partido
Popular-¿Usted, cómo lo ve?.
- Para ser sincero, enano, que no me gusta mentir, es cierto
que muchos de los del GIL que largaron “metralla” contra el
Partido Popular, están en buenos puestos y ganando una pasta
gansa. Ahora, en las próximas elecciones, no sé lo qué
pasará. Desde luego lo que no debes pedirme es que escriba
del niño, alabando todas las enormes condiciones culturales
e intelectuales que adornan su persona. Porque, aunque fuese
el mayor de los genios de España, si le recomiendo yo, en el
Partido Popular, no le dejan ni pasar por la puerta.
Ante estas perspectivas, enano, yo apoyaría que el niño
díjese que perteneció al GIL y que largó toda la “metralla”
del mundo contra el Partido Popular. De esa forma, va a
tener más posibilidades que si se dedica a defender a los
populares. Y esto te lo digo por propia experiencia. Lo
mismo que te digo, lo que dijo aquel: “una y no más Santo
Tomás” . No sé, enano, si me estoy explicando con claridad.
Y ahora, con tu permiso, voy a seguir con el tema que estába
escribiendo, deseándote que pases unas felices fiestas en la
tierra de María Santísima a las que espero poder
acompañarte, el próximo año, si Dios me mantiene vivo.
Me estába refiriendo a todos esos que ni te saludan, que
pasan de largo sin siquiera echarte una pequeña mirada y, en
cuanto se inician las campañas electorales, se acercan a
estrecharte la mano, siendo amable e incluso son capaces de
gastarte una pequeña broma cuando, en realidad,. por no
gastar, no gastan ni bromas.
Cuando veo venir a toda esa fauna de “estrecha manos”, me da
la risa y pienso la cantidad de falsos e hipócritas que hay
en esta tierra nuestra. Desde luego, tengo que reconocer,que
nunca les doy las espaldas, dejo que me estrechen la mano,
mientras hago esfuerzos para no vomitar.
Mi educación no me permite darle las espaldas a nadie, ni
hacer oídos sordos al que me quiera contar el cuento de la
buena pipita.Que es el cuento que te largan, cada cuatro
años, toda esta fauna de cuentistas.
Después, cuando las elecciones se hayan terminado volverán a
tratarte, exactamente, igual que antes.Vámos, ni se dignarán
mirarte. Adiós, tú.
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