El Ceutí hizo lo que tenía que hacer en la última jornada
ante el Inmokyos, y el Torremolinos, próximo rival de los
unionistas hizo lo propio en la pista del Melilla. Para
aspirar al ascenso todo pasa por imponerse a los
costasoleños, y sumar el resto de puntos en juego, nueve, y
esperar que los próximos rivales de los malagueños, Cádiz y
Mancha Real no tiren la toalla y luchen por la permanencia
en la categoría.
La jornada vivió un enfrentamiento donde el tercer
clasificado, el Virgili no renunció a nada.
Hubo una media entrada en el Fernando Portillo, para
presenciar el encuentro entre el Virgili y el Crivel Montoro,
y estos últimos no quisieron salir tras el descanso hasta
que las fuerzas del orden público no hiciesen acto de
presencia en la instalación. Según manifestaron, los
jugadores del Virgili y algún espectador los había amenazado
en el transcurso de la primera parte.
El Crivel Montoso salió a la pista sin ningún complejo y
dispuesto amargar la tarde al conjunto amarillo. Los
primeros siete minutos de juego fueron de los visitantes,
gracias a la presión que hicieron por toda la pista, que no
dejaban respirar al conjunto de Miguel Rodríguez. Las
mejores ocasiones fueron llegando por parte de Amate y
Román, pero el acierto de Joaqui evitaban el gol.
A los siete de juego, en una fenomenal contra rojilla
rallando la perfección que finalizó Butra no pudiendo hacer
nada Joaqui.
Con el gol montoreño despertó de su letargo al Virgili, y un
minuto después y de forma consecutiva, Ángel y Alexander
levantaban el marcador que daba alas a los amarillos para
que comenzaran hacer su juego habitual.
A pesar de que el balón ya era de los locales, los de
Marcelo García tuvieron sus oportunidades. Joaqui en un acto
de reflejo sacó un disparo a Amate que llevaba marchamos de
gol. David y Butra perdían la oportunidad en dos dobles
penaltis.
Mientras el Crivel no sabía igualar la contienda, en los
segundos finales ponía la magia Alfonso. Era el 3-1 a uno
que llevaba a ambos contendientes al túnel de vestuarios.
En el descanso pasó lo inesperado. El conjunto cordobés
decide no salir a jugar la segunda parte mientras no se
personaban en el recinto deportivo las fuerzas del órden
público. Denunciaban que los jugadores del Virgili y un
sector del público los habían amenazado y temían por su
integridad física. Tras un debate en el pasillo y la
reflexión visitante, los jugadores reanudaron el encuentro.
Tras el largo descanso, los de Marcelo García salieron a la
pista autoderrotados. Alex del Mor y Albert ponían muy
rápido el cuarto y quinto gol definitivo, para que luego y
durante quince minutos el partido fuese de guante blanco.
El Crivel Montoro salió asustado del vestuario y en ningún
momento dio la sensación de peligro de la primera parte. El
Virgili se limitó a controlar el balón ya que la presión de
los visitantes era inexistente, parecía que daban por bueno
el resultado, muy conformistas.
Por otro lado, las prisas condenaron al Apademar, que perdió
ante el Ferreterías Puri, en su cancha del pabellón Fátima,
ante unos cien espectadores, por dos a seis.
Con objetivos muy diferentes se afrontaba el partido, el
Ferretería Puri un equipo venido de menos a más, encaró el
partido muy ordenado y ya desde el primer momento fueron
adueñándose de la situación.
En el minuto cinco, sin un claro dominador, Aníbal
adelantaba a los cordobeses tras hacerse con un rechace del
portero Álvaro. Lo que parecía el punto de salida para los
chicos de José Manuel Domínguez, se convirtió en todo lo
contrario y a partir de éste momento el control y las
ocasiones fueron de los visitantes. Los locales fueron
perdiendo la concentración que no hacia más que facilitar
las cosas a un gran equipo que de la mano de Luis Olivencia
ha conseguido un gran nivel de juego. Pronto llegó el empate
y todo iba a ser cuestión de tiempo, con dos tantos más se
llegaría al final de la primera parte.
La victoria se certificó en la reanudación del segundo
período con dos tantos seguidos del equipo.Así, perdían la
primera oportunidad para certificar la permanencia.
|