Técnicos municipales iniciaban ayer la limpieza y
desinfección del barracón del Sardinero, ataviados con monos
blancos, guantes y mascarillas. Las naves, en estado total
de abandono, están llenas de basura, residuos, ratas y
humedades. A pesar de la coyuntura de habitabilidad, han
servido de refugio ocasional o permanente a grupos de
inmigrantes irregulares de origen magrebí (marroquíes y
argelinos) y subsaharianos, que subdividían las naves en
función de su origen y sexo (algunas mujeres vivían en El
Sardinero de forma esporádica). La Consejería de Medio
Ambiente, apoyada por el departamento de Sanidad de la
Ciudad Autónoma, iniciaba ayer las tareas de desinfección
del barracón tras “el desalojo de los inmigrantes que allí
se refugiaban”, informó ayer el Ejecutivo local. Los
técnicos de Medio Ambiente procederán estos días al desbroce
y limpieza de las naves; a continuación, Sanidad
desinfectará y desinsectará los edificios.
La Consejería de Fomento de la Ciudad Autónoma, dirigida por
Elena Sánchez, lleva varios meses contactando con los
propietario de estos barracones, una sociedad participativa
y un empresario. El objeto de estos contactos era concretar
las medidas que se podían tomar en torno a la limpieza del
área. Los vecinos de la zona han denunciado en varias
ocasiones el estado de los edificios, la suciedad, la
presencia de ratas y el hecho de que los inquilinos del
barracón accedían a sus propiedades. De esta manera, la
Ciudad Autónoma responde con medidas concretas a las
peticiones vecinales, con unas actuaciones que durarán
varias jornadas de trabajo y que implican a varios técnicos
municipales que ayer se protegían de posibles infecciones
con trajes y material especial.
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