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SUCESOS - MIÉRCOLES, 26 DE ABRIL DE 2006


tribunal que juzga el caso. nicol's.

tribunales / Audiencia provincial
 

La supuesta novia del ‘Kimbi’
niega incluso que lo conociera

La joven dijo ayer ante el tribunal que “no recuerda si fue a verlo a la cárcel o no”
a pesar de que los informes policiales acreditan que lo visitó hasta tres veces
 

CEUTA
Verónica Fernández
veronicafernandez@elpueblodeceuta.com

La vista oral celebrada ayer en la sección sexta de la Audiencia Provincial no estuvo exenta de polémica. A pesar de no haberse producido ninguna tensión entre los testigos y los acusados o los asistentes a la sala, como en la jornada del lunes, la falta de memoria de algunos de los testigos así como la no comparecencia de otros hicieron que la jornada transcurriera de un modo distinto al previsto.

Dos fueron los testimonios que más llamaron la atención, la de la supuesta novia del ‘Kimbi’ y la de un vecino del Príncipe que presenció el asesinato aquella tarde del 31 de diciembre. El de ella porque no recordaba “absolutamente nada”, ni siquiera haber visitado al joven en prisión, según consta en los archivos policiales. El de él por la sorprendente tranquilidad con que relató lo que vio aquel día.

La joven M.A.S. tuvo que ser conducida a la Audiencia Provincial por agentes de la Policía desde su domicilio ya que no había comparecido a pesar de tener una citación judicial. Acudió como testigo de la Fiscalía, de la acusación particular y de algunos abogados de la defensa. Según las declaraciones leidas por el representante del Ministerio público y que fueron realizadas por ella en los meses posteriores a la muerte del ‘Kimbi’, ella le contó a la hermana del fallecido que una tercera persona iba a declarar a favor de uno de los acusados, proporcionándole una coartada, a cambio de un millón y medio de pesetas.

Al ser preguntada por estas declaraciones la joven aseguró que no recordaba nada aunque también afirmó: “nunca miento”.

El testimonio prestado por la chica no esclareció ningún dato ni tan siquiera sus anteriores declaraciones, resultando de poca utilidad tanto para la acusación como para la defensa ya que se mantuvo en sus trece afirmando que “después de siete años ya no recuerdo nada de todo aquello”. Su falta de memoria afectaba incluso a su posible conocimiento del fallecido ‘Kimbi’ al que llegó a visitar tanto en la cárcel de Los Rosales como en la prisión malagueña de Alhaurín de la Torre, unos detalles que la joven manifestó haber olvidado por completo. M.A.S. negó haber sido novia del fallecido o haber mantenido cualquier relación cercana con él asegurando que jamás había hablado con su hermana ni había acudido a la casa familiar para darles el pésame por esta muerte.

Ante estas continuas negativas por parte de la testigo, el presidente de la sala, Manuel de la Hera, le recordó que se encontraba bajo juramento y que estaba “obligada a decir la verdad porque si no podía incurrir en un delito de falso testimonio”. A pesar de la advertencia, la joven continuó asegurando que no recordaba conocer al fallecido ni a su familia ni a otras personas que le mencionaron aunque “cabe la posibilidad de que los haya tratado alguna vez, pero desde luego no fueron mis amigos porque si no los recordaría”.

El presidente de la sala tuvo que hacerle este mismo recordatorio a otra de las declarantes que tampoco compareció en un primer momento y a la que se le envió un burofax para que acudiese a declarar por la tarde. Este incidente le supondrá además una multa de 200 euros.

El testimonio de esta mujer, M.A.G.M., podría facilitarle una coartada a uno de los acusados, A.A.M., que alegó haber estado en el establecimiento en el que ella trabajaba haciendo unas compras en el momento de los hechos. La mujer tampoco recordaba lo sucedido aquella tarde “ni quien fue o no porque era un día de mucho trabajo y él es un cliente habitual”. En cuanto al horario de cierre, afirmó que el comercio se cerró a las 18.30 horas porque “era un día de fiesta”.

La mujer no sólo no recordaba lo que había manifestado en sus anteriores declaraciones sino que, incluso, puso en duda dos de sus testimonios anteriores aduciendo que “sólo he acudido a testificar una vez a Comisaría y no recuerdo haber ido nunca al juzgado”. A pesar de estas afirmaciones, la testigo reconoció su firma en las tres declaraciones que le fueron mostradas.

Testigo ocular

Por su parte, E.M.M. compareció ante el tribunal como testigo presencial de los hechos. El hombre contó su versión de los hechos a la vez que aseguraba con toda normalidad que: “he visto más asesinatos en el Príncipe aparte de éste”.

E.M.M. relató en la sala que fue la última persona en ver al ‘Kimbi’ con vida, además de las personas que lo mataron. Explicó que vio al fallecido en la plaza en que lo acribillaron a balazos apenas unos minutos antes de que comenzara todo y que incluso lo saludó aunque fue incapaz de precisar si había o no alguien con él en el interior del coche alegando que “no miré al interior porque eso es de mala educación”.

El testigo se dirigía a su coche, tras haber saludado al ‘Kimbi’, cuando se encontró con un encapuchado que llevaba una pistola en la mano: “yo me quedé parado y levanté las manos pero él me hizo un gesto como diciendo que la cosa no iba conmigo y me podía ir tranquilo así que me fui a mi coche”. Tras este episodio recuerda que oyó muchos tiros: “no duró más de un minuto”. Entonces, se encontró con un chico joven que iba cojeando y que le pidió que lo llevara a Los Rosales y éste se limitó a decirle que corriera y huyese de allí “porque era evidente que venía del lugar de los hechos”. E.M.M. no presenció el momento en que el coche del ‘Kimbi’ se estrellaba contra el muro aunque afirmó que escuchó tiros antes y después del accidente y que no lo presenció “porque estaba hablando con el chico que cojeaba”.

En cuanto al número de pistoleros que, según dijo, “iban con la cara tapada y sólo se les veían los ojos y la boca”, el testigo no precisó con claridad cuántos eran ya que, en un primer momento afirmo que eran diez o quince y en el resto de la declaración sólo hablaba de tres pistoleros.

Una vez finalizado el tiroteo el testigo se acercó al lugar de los hechos y se encontró al ‘Kimbi’ agonizando aunque no vio a nadie que saliera del vehículo. Señaló que “había gente intentando desvalijar al muerto y yo lo impedí”. Fue entonces cuando ayudó a varias personas a meterlo “en un Golf negro que lo llevó al hospital”. Después de esto, el testigo declaró haberse ido a la mezquita a rezar, “porque mientras yo estuve allí no llegó la Policía”, y que la decisión de acudir a la Policía a contar lo que había visto la tomó casi seis meses después de los hechos “tras comentarlo con el cura y que éste me dijera que debía contar lo que había presenciado”.

Preguntado sobre si vio a los sospechosos en el lugar de los hechos, E.M.M. aseguró no haberlos visto ya que “todos los pistoleros iban con la cara cubierta”.

Hermano del ‘Peseta’

La declaración de A.A., hermano del fallecido conocido como el ‘Peseta’, se desarrolló por otros derroteros ya que culpó directamente a A.A.A. de la muerte del ‘Kimbi’ y también de la de su hermano. Según relató, fue el propio A.A.A. quien hizo que el ‘Peseta’ “fuera a meterle una recortada al ‘Kimbi’ por la ventanilla del coche”. Según el testimonio de este declarante, tras este incidente el ‘Kimbi’ y A.A.D. (que resultó herido en la emboscada de Nochevieja) “cogieron a mi hermano y le pegaron hasta que les contó que había sido A.A.A. quien le había mandado a amenazarles”. Un hecho que también fue relatado por A.A.D. durante su comparecencia del lunes.

Según el hermano del ‘Peseta’, un mes después de este encuentro su hermano fue asesinado, algo de lo que culpa a A.A.A.

Este testigo, al igual que la hermana del ‘Kimbi’ y el acompañante de éste el día de la emboscada, coincidieron en señalar a algunos de los acusados como “responsables de varias muertes en Ceuta en los años previos al asesinato del ‘Kimbi’” y se mostraron bastante alterados al afirmar que “nadie quiere declarar porque hay mucho miedo”.

A.A. mostró además su preocupación ante el tribunal por las “continuas amenazas que sufro de parte de A.A.A., que lo hace siempre a través de terceras personas” y que, según su declaración, “está esperando a que todo se solucione para arreglar cuentas conmigo y con algunos más”.

Coche siniestrado

Otras dos personas que ayer comparecieron ante el tribunal de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta fueron dos hermanos propietarios del vehículo en que viajaba el ‘Kimbi’ la tarde en que murió.

El vehículo fue adquirido por S.A.D. tres días antes del asesinato aunque figuraba a nombre de su hermano mayor R.A.D. “porque aún no me había sacado el carnet de conducir”. Ambos coincidieron en señalar que ‘Kimbi’ tenía el coche porque era amigo de S.A.D. “y a pesar de que era nuevo, mi amigo me lo pidió y yo se lo presté para subir al Príncipe”. El coche fue entregado a su dueño una vez que se le practicaron las pruebas pertinentes y éste se deshizo de él de inmediato, un hecho que no fue entendido por los abogados ya que, supuestamente, el coche lo tenían en calidad de depósito judicial.
 

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