El buque Santa Teresa de Ávila será hundido mañana martes en
aguas de Ceuta, cerrando así su ciclo de actividad para el
Ejército español en la Unidad de Transporte de la Unidad
Logística número 23 (ULOG 23).
Después de 30 años de servicio (fue puesto a flote en los
astilleros de Estepona en 1974) el buque será fondeado en
las aguas de Punta Chiclón, en las inmediaciones del monte
Hacho, donde se aprovechará como arrecife artificial que
servirá de cobijo a peces, moluscos, corales, etc..
El Santa Teresa de Ávila se destinó, en un principio a
cubrir la travesía Algeciras-Ceuta al objeto de asegurar,
dos veces por semana, el suministro de diversos recurso a la
panadería militar y a la Unidad de Cría Caballar y Remonta.
Paulatinamente, fue adaptándose su estructura a los
requerimientos del Ejército de Tierra, llevándose a cabo en
el varadero de transportes militares del Muelle Alfau las
reformas necesarias para convertirlo en un buque de
transporte militar.
En 1990 pasa a pertenecer a la entonces Agrupación de Apoyo
Logístico (AALOG 23) y desde entonces, se le han ido
realizando sucesivas mejoras encaminadas a mejorar la
seguridad y el apoyo a la navegación.
A lo largo de sus años de servicio, el buque ha participado
en distintas misiones como los apoyos al peñón de Vélez en
los relevos del personal destacado, el transporte de
mercancías peligrosas a Ceuta y Melilla o el apoyo logístico
al peñón de Vélez de la Gomera y a las islas de Chafarinas y
Alhucemas.
Características
El buque es una motonave con casco de madera con una única
bodega la que se accede a través de una escotilla practicada
en la cubierta principal, tiene 24,7 metros de eslora y un
motor de 200 C.V. y es el buque que más tiempo ha servido en
la Unidad de Transporte de Ceuta de manera ininterrumpida
habiendo navegado unas 150.000 millas que lo han tenido en
el mar más de 2.500 días.
Descontaminación ambiental
Para dar cumplimiento a la normativa vigente en cuanto a la
preparación de las embarcaciones de madera para que se
autorice su hundimiento para la construcción de arrecifes
artificiales y en lo que respecta a la protección del Medio
Ambiente se han llevado a cabo algunos trabajos en el Santa
Teresa. Se han eliminado los elementos metálicos, se han
retirado del interior del casco los restos de pintura,
disolventes y todos aquellos elementos que pudieran producir
contaminación y se ha realizado una minuciosa limpieza del
casco.
El destino del buque Santa Teresa al fondo marino servirá
para crear un arrecife y responde a una práctica, cada vez
más popular, de crear espacios submarinos que puedan
constituirse en refugios de flora o fauna marina.
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