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OPINIÓN - DOMINGO, 23 DE ABRIL DE 2006

 

OPINIÓN / MIS COSAS

Mis cosas
 


ADE
ade
@elpueblodeceuta.com
 

El día ocho de febrero en la capital del Reino, o sea en el Madrid del oso y el madroño donde a las nativas de aquel lugar le llaman “gata”, vino al mundo, Nicolás Pérez Pasarón, primer fruto del matrimonio formado por mis grande amigos el doctor Javier J. Pérez Pérez y su encantadora esposa Virginia Pasarón.

Esto sería, Nicolás, lo que antes se llamaban ecos de Sociedad y que, a pesar del paso del tiempo se sigue manteniendo en los distintos rotativos de este pais, de momento, llamado España.

Pero al menda, servidor para lo que se te ocurra mandar, se le ha ocurrido que, además de todo esto, te debería dedicar unas palabras que las puedes considerar como una especie de consejos preparatorios que te adelanten a conocer, aunque sea de pasada, el lugar a donde has venido.

Antigüamente se decía, que cuando nacía un niño traía un pan debajo del brazo. Es la primera mentira que te cuentan nada más nacer porque, los niños cuando nacen no traen un pan debajo del brazo.

Oye, amigo, a no ser qué cuando nací yo el panadero estuviése haciendo una huelga y no me pudo poner el pan debajo del brazo, pues por más que levantaba ambos dos, no caía de ellos ningún bolillo.

O sea, Nicolás, con claridad meridiana, que nada más nacer nos están engañando de forma torticera. Y sino nos espabilamos nos siguen engañando de por vida, porque ese es el deporte favorito de todos esos “listillos” que nos quieren conducir cual manadas de borregos. Nada hay más fácil para manejar un país que procurar, por todos los medios al alcance, de que sea mayoritariamente analfabeto.

Por eso, mi querido amiguito, Nicolás, cuando llegue la hora de “hincar los codos”, lo debes hacer con todas tus fuerzas para evitar, con ello, pertenecer a esas manadas de borregos, fácilmente manejables.

Fíate, sólo y exclusivamente, de aquellos que te quieren tus padres y esos familiares capaces de darte todo a cambio de nada. Lo que te cuenten los demás es pura mentira porque, esos, sólo te medirán por el tanto tienes tanto vale, hablándote de libertad y no sé cuantas historias. Cuando la libertad está dentro del propio individuo. El respeto a la libertad de uno mismo, es el respeto a la libertad de los demás.

No van a ser muchos más los consejos que te dé, porque los niños de, hoy día, al contrario de los de mi época, nacen con los ojos abiertos que les sirve para percibir, desde el primer momento, todo su entorno.

Oye, Nicolás, no es por nada, pero viéndote en la foto, tengo que decir y digo, que tienes unos ojos preciosos Y si te llega a ver mi madre hubiése exclamado, lo que se decía en aquel tiempo, cuando venía, al mundo, un niño hermoso, como eres tú, ”este niño viene ya criado”.

Una ventaja, sobre todos aquellos que nacimos con los ojos cerrado y que, muchos de nosotros, seguimos sin abrirlos al mundo que nos ha tocado vivir, aplicando aquello de : “para lo que hay que ver”.

Un error el aplicar esa frase, porque, en este mundo, hay muchas cosas que ver, como podrás ir comprobando, en cuanto el tiempo vaya pasando.

Otra cosas es que lo que veas te guste o no te guste y, ahí, no te puedo aconsejar nada porque el libro del gusto, es el único libro que está en blanco. Nadie ha sido capaz, de escribir nada en él.

Verás, Nicolás, amigo mio, permíteme llamarte amigo, a pesar de la diferencia de edad, tú estás en el prólogo de la vida mientras yo ya estoy en el epílogo de la misma,. Pero como la amistad en un sentimiento y los sentimientos no están sujetos al paso del tiempo, yo te llamo amigo y espero que me honres con tu amistad porque ese es mi sentimiento hacia tu persona, amistad.

Por cierto, Nicolás, que yo soy, siempre, el que elijo a mis amigos, sin permitir que nadie me elija a mi como amigo suyo, sino tengo ese sentimiento de amistad hacia las personas. Tú eres mi amigo aunque, aún, no hayamos intercambiado palabra alguna. Tranquilo, tiempo habrá de hacerlo.

No te quiero poner mal cuerpo, Nicolás, pero éste mundo al que has llegado por la vía del amor nacida entre tus padres y que es, sin duda alguna, la mejor vía que puede encontrar uno para aparecer por estos lares, no es ningún paraíso, sino una lucha constante por ocupar el puesto, en ella, que uno cree merecer.

La lucha se hace mayor, tanto en cuanto, se tiene uno que enfrentar, a los pelotas, lameculos, hipócritas, envidiosos, falsos y demás fauna que rodean a los que ostentan el poder aún cuando, todos ellos, los que tienen el poder me refiero, en la mayoría de los casos, son unos ineptos totales.

Un último consejo, Nicolás, por nada del mundo dediques tu vida al periodismo. Esta es una profesión de locos aunque, algunos de nosotros, la consideremos una bendita profesión.

Mi querido amiguito, Nicolás, por lo demás te deseo lo mejor del mundo. Un mundo, al que tu generación deberá hacer el mayor de los esfuerzos, para que, cada día, sea mejor que el actual.

Un fuerte abrazo, Nicolás.
 

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