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OPINIÓN - SÁBADO, 22 DE ABRIL DE 2006

 

OPINIÓN / ESPAÑA CAÑÍ

Ardor guerrero
 


Nuria Van Den Berghe
nuriavandenberghe
@elpueblodeceuta.com
 

Ya les contaré . ¿Qué dicen ustedes? ¿Qué no les interesan mis historias de abuela Cebolleta? Gracias, muy amables. Tómense algo. Pero apuesten cualquier cosa a que, la nueva experiencia que voy a acometer si despertará una sombra de expectación, mayormente por saber como me irá en el evento. Se trata de que, el mes próximo, Dios mediante, quiero apuntarme a la reserva activa del Ejército Español, ni tengo edad, ni tengo forma física, mis dioptrías son muchas y mis ardiles pocos, pero yo voy a alistarme, porque soy de esa leche, desde que Luisico, mi padre, allá por el Rif, me enseñara a cuadrarme ante dos palabras : Dios y España. Llaman a mi quinta “la del colesterol” mi hermana Eva, que tiene seis años menos, se apuntó, hizo el campamento y juró bandera. Porque en mi casa, que es la de ustedes, somos todos de esa leche. Yo no voy de soldado, porque como tengo estudios universitarios me dan otro grado superior, que no se cual es. Mi ilusión sería servir en la Legión o en Regulares, que son los que siempre me han tirado, no obstante comprendo mis limitaciones y soy realista. Aunque siempre podría ocurrir algún milagro y conseguir dinero suficiente como para operarme la miopía. ¿Qué dicen ustedes? ¿Qué quien no cree en los milagros no es realista? Ustedes plagian, eso lo dijo mi querido y admirado Mosé Dayan. ¡Ay! (Eso es un lamento) ¡Que pedazo de Ejército el Ejército Judío! ¡La madre que los parió a todos juntos!. Bueno, no voy a alistarme en la armada israelita, es evidente, sino en mi Ejército Español y ya he ido a informarme, lo de las pruebas médicas, que hay que llevar los diplomas con los títulos, hacer una especie de test de no ser drogadicta y cosas así.

Fui emocionada ¡Una cosa me daba! Ahora que yo tenía que preguntar algo que era requisito indispensable para enrolarme “Me diga usted ¿Hay lesbianas? Es que, a servidora, las lesbianas le dan susto” Y es verdad, con los maricones no me pasa y si son de Cadiz y cuentan chistes me lo paso pipo, pero las lesbianas…Disculpen los lectores, que el temor es libre y soy una catetilla de Nador que salí de esas tierras áridas con diecinueve años y la primera vez que ví un edificio de más de cuatro plantas me dio un ataque de vértigo, en mi Nador no habían lesbianas, bueno, ni tampoco maricones, es que, en esa tierra mía árida, donde hasta los lagartos tienen sed, nacen más hombres y mujeres con los cojones del caudillo Abdelkrim que con la cosa de la homosexualidad, que en el Palo de Málaga se dice también “homosersualidá”. Vamos, que no estaba de moda ni se pregonaba, que era cosa de la intimidad lo que cada cual hiciera con su pichurrina o con aquella parte de la anatomía femenina que “se lava y se estrena”. Yo lo quería tener claro antes de alistarme y echar la firma, pero es que ahora no te pueden garantizar nada porque sería discriminatorio y tema insconstitucional y atentatorio de los derechos humanos. Por eso me llevé los papeles y los estudio antes de echar el garabato. Mi hermana Evita tuvo una de las experiencias más bellas y emocionantes de su vida. Hizo magníficas amistades, se llevó sus propios botines porque no existían botas de su número y se hartó de llorar jurando bandera, que esa experiencia es lo más grande que le puede acontecer a un español. ¡Ay quien pudiera! Alistarme en el Tercio y vivir un sábado legionario, pero iré adonde me manden, aunque ya he avisado que soy muy mala para comer y que no soy Rambo, eso si, me gustan los Ejércitos donde te enseñan, antes que nada, a matar y a morir.

Yo no quiero ser reservista para repartir yogures ni hacer determinadas misiones humanitarias. Las únicas misiones humanitarias que acepto y respeto son las de las misioneras y misioneros católicos que hacen maravillas con sus escasos medios. No me gusta la moral onegetista y en el Ejército huyo de los eufemismos como del demonio. No lo puedo soportar. No trago que tengan que ir nuestros soldados a jugarse los huevos a cualquier país de mierda y que traten de maquillar su prueba de valor y de testiculina aclarando y explicando mil veces que van “en labores humanitarias”. Vale, ayudan a la población, pero también se arriesgan y supongo que si les disparan o atacan tendrán que responder, aunque la respuesta equivalga a una sesión parlamentaria acerca del derecho de los militares a responder a la violencia con violencia. Supongo que más de un jilipollas alegaría que, nuestros muchachos y muchachas, caso de ser atacados, deberían responder con el diálogo y la tolerancia, la solidaridad y, como mucho, un posterior comunicado de rechazo, repulsa y condena.

Vamos, que nos matan a un español en cualquier país de cafres adonde vamos a ayudar y como mucho tenemos derecho a guardar un minuto de silencio.¡Y una mierda!. No creo en el Ejército descafeinado, ni en que existan soldados en perenne excusa “somos humanitarios, somos humanitarios”.Vale.

Y que Dios se lo premie, pero si hay que defender España, nuestra civilización o nuestros principios, ahí van a estar ellos y vamos a estar los reservistas de la quinta del colesterol a hacer lo que se hace en las guerras: matar o morir por nuestra Patria y por defender lo nuestro.

Servidora es muy castrense. ¿Qué dicen ustedes? ¿Qué todo “esto” es “muy” políticamente incorrecto? Muchas gracias por el halago, si me llamaran políticamente correcta jubilaría el teclado de mi ordenador, para mi sería un insulto en los tiempos que corren verme alineada con los cobardes, los renegados, los seguidistas, los trepaollas y los mindundis. ¿Qué quieren que les diga? Yo quiero jurar mi roja y gualda y hacerlo llena de ardor guerrero, soy de esa leche.
 

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