El Gobierno central ha previsto
una dotación de más de dos millones de euros para
actuaciones de corte social y para sentar los cimientos de
la Ley de Dependencia, una normativa que empezará a rodar a
lo largo del primer semestre de 2007, pero que necesita
impulso y financiación económica desde este momento. La
razón: la Ley prevé movilizar el sistema sanitario y social
del país, con el objetivo de prestar asistencia a todo
ciudadano en situación de dependencia. No se trata de
ampliar la cobertura para las personas mayores, sino incluir
a toda persona, mayor, mediana o chica, que lo necesite.
Además de mover, la normativa va a crear. Está previsto el
próximo nacimiento, con la bendición de todas las
comunidades autónomas, del Sistema Nacional de Dependencia,
un organismo que gestionará partidas y servicios
asistenciales. Una de las novedades más importantes es la
asignación de cualificaciones a la figura del cuidador, ese
familiar que se encarga las 24 horas del día de que su
padre, madre o hijo estén bien atendidos, tomen su
medicación y respiren aire puro. Da la casualidad de que la
mayoría son mujeres, que, en principio, verán recompensada
una labor tan dura como callada. Ceuta recibe más de dos
millones de euros para impulsar todas estas medidas. Se
supone que la Ciudad Autónoma recibe esta partida en función
de criterios de ‘dependencia territorial’. Si no es
suficiente, la consejera de Sanidad y Bienestar Social de
Ceuta, Yolanda Bel, tiene todo el derecho del mundo a
solicitar más apoyo, para que ningún ceutí quede fuera de la
atención universalizada. A la Ciudad Autónoma le espera una
tarea difícil pero trascendental para mejorar el Estado de
Bienestar español. Si todo marcha según lo previsto, se
crearán bastantes puestos de trabajo en la ciudad, se
generarán cursos formativos y se establecerá un sistema
retroalimentario de financiación. Ceuta está preparada para
ello a pesar del enorme esfuerzo que significa.
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