La primera sesión del juicio que determinará la autoría del
asesinato del Kimbi comenzó ayer por la mañana con la
presencia de los catorce implicados en el caso. Agentes de
la Policía Nacional y de la Guardia Civil se encargaron
tanto de custodiar la sala como de registrar a todo aquel
que quiso estar presente en esta audiencia pública.
Momentos antes de que diese comienzo la declaración de cada
uno de los imputados, varios letrados de la defensa
solicitaron la nulidad del juicio algo a lo que se negó el
presidente del tribunal, Manuel de la Hera, por entender que
todas las vías para solicitar la anulación ya se habían
“agotado”.
Los acusados fueron subiendo a declarar uno a uno para
responder a las preguntas que les fueron formuladas tanto
por el Ministerio Fiscal como por el abogado de la acusación
como por los respectivos abogados defensores. Se da la
circunstancia de que sólo uno de los seis primeros acusados
interrogados se prestó a responder a las preguntas
efectuadas por Marcos García Montes, letrado que representa
a la familia del fallecido, Mohamed Mohamed Sedik, alias ‘Kimbi’.
El primero en declarar, y al que más preguntas se le
hicieron, fue A.A.A que en todo momento ha negado cualquier
participación en los hechos que se le imputan arguyendo no
sólo que era “físicamente imposible que yo lo matase porque
estaba en La Meca, en Arabia Saudí” sino que, además, el
fallecido “era muy amigo mío”.
A lo largo de toda su declaración aseguró que toda su
presunta implicación en la emboscada que costó la vida al
‘Kimbi’ no es más que “una venganza política” y que “alguien
ha pagado para que me impliquen, porque yo jamás tuve nada
con el ‘Kimbi’, ni una pelea”.
Según él, dos policías “que trabajaban conmigo para un
traficante de Marruecos empezaron a perseguirme, no sé si
por decisión propia o por mandato del mafioso pero llevamos
así 15 años”. A la existencia de estos mismos agentes
también se han referido otros de los acusados de los que
dicen que “si no les caes bien y no colaboras con ellos, te
hacen la vida imposible a ti y a toda tu familia”.
En el transcurso de su declaración, A.A.A. se dejó llevar
por la emoción y los nervios en el transcurso de su
declaración al contar cómo el delegado del Gobierno de aquel
entonces, L.V.M, presuntamente, le había mandado llamar a su
despacho para decirle dos cosas “no quiero que el GIL venga
aquí y no quiero ni un tiro más en Ceuta”. Y cómo, desde
entonces, había sido objeto de constantes detenciones y
“vejaciones por parte de los agentes de policía”. El
Ministerio Fiscal solicita para él una pena de 44 años de
cárcel.
A pesar de que se negó a contestar las preguntas del abogado
de la acusación, Marcos García Montes, éste decidió formular
las preguntas para que constasen en acta. El único
comentario que hizo este primer interrogado fue al escuchar
su presunta participación en la emboscada como “ideólogo o
inductor” de la misma: “yo jamás he hecho nada de eso”,
declaró.
El segundo acusado que prestó declaración, M.A.A, también
estaba en la ciudad santa de La Meca cuando se produjeron
los hechos, ya que coincidía con el Ramadán. Su testimonio
también giró en torno a la idea de que “algunos policías me
han hecho la vida imposible” y relató al tribunal de la sala
cómo dos agentes le ofrecieron obtener su libertad a cambio
de incriminar a A.A.A.
Casi todos los implicados en este juicio aseguraron al
tribunal que no se conocían de antes y que no mantenían
ninguna relación más allá de un saludo entre aquellos que
eran vecinos de la misma barriada.
A.M.A conocía a M.A.A. del gimnasio y fue requerido por la
Policía porque, presuntamente, lo habían visto “pegando
tiros” junto a él. Según explicó ayer “les dije que eso era
imposible porque yo había estado en casa de un amigo y luego
rezando en la mezquita y porque M.A.A. estaba en La Meca;
entonces, me detuvieron a mí por considerar que estaba
implicado en el asesinato”.
“La Policía actuó de mala fe porque necesitaba un cabeza de
turco, por eso fui el primer detenido, la misma noche de los
hechos”, relató.
A.M.A. fue, además, ingresado en prisión porque, según un
informe policial, se encontró pólvora en sus manos algo que
el acusado niega al tiempo que asegura que “nadie me hizo
una prueba para ver si yo tenía o no restos de pólvora”.
El testimonio más controvertido de la jornada, por cuanto
tuvo de contradictorio, fue el de A.M.A., un joven
toxicómano de unos 30 años que fue el único de los catorce
imputados que se desdijo de sus declaraciones anteriores.
Según los testimonios aportados por la Fiscalía y por la
acusación particular, A.M.A. declaró en reiteradas
ocasiones, tanto en la Policía como en los juzgados, que él
fue quien le contó a Malika Mohamed Sedik, hermana del ‘Kimbi’,
que M.A.A, A.A.A, M.A. y M.A.A, “fueron los responsables de
la muerte del Kimbi”. Aunque a todas estas declaraciones
siguieron con posterioridad otras tantas en las que negaba
lo dicho porque “estaba siendo objeto de continuas amenazas
y no confiaba en nadie y se sentía solo”.
Cuando A.M.A. fue ayer preguntado por estas contradicciones
no sólo negó haber efectuado cualquier tipo de declaración
en uno u otro sentido sino que, además, manifestó haber sido
objeto de “manipulaciones por parte de la Policía”. En
concreto, A.M.A. dijo: “yo no sé nada, a mí me dijeron que
firmara en un papel en blanco y que me soltarían y la
Policía me la jugó y, al final, me llevaron preso”.
Una vez finalizadas las declaraciones de todos los imputados
en esta causa se dio por terminada la sesión. El juicio
continuará el próximo lunes, 24 de abril, en la sede ceutí
de la Audiencia Provincial de Cádiz.
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