Eso me lo comentaban tiempo ha,
unos borrachuzos ingleses, hooligans por más señas, de los
que vacacionan y paran por el reducto guiri de la llamada
Plaza de Bonanza de Benalmádena. Y para ese tipo de
cabestros, el habla popular andaluza ha parido y acuñado,
amén de reciclado, el vocablo chusma y su derivación en
chusmones.
Digo reciclado porque chusma viene de los napolitanos que,
cuando llegaban a Málaga por mor de la cosa comercial,
contemplaban al personal y lo definían porco
caritativamente, como “ciusma” que quiere decir gentuza o
algo peor. Los malagueños adoptaron encantados el término,
porque ya se sabe que, los del sur estamos muy abiertos a
cuanto llega de afuera, somos como esponjas y ahora decimos
“chusmones” y nadie se equivoca. Lo decimos en Andalucía ,
pero el espécimen asocial, chorizaco, marginaloide y chusmón,
existe en todos los puntos de nuestra geografía, será que
siempre hay un tiesto para una mierda.
Y la mierda le ha tocado en esta ocasión a Ceuta con la
quema del morabito del Sarchal, bien de interés cultural y
perteneciente al patrimonio por su antigüedad, siglos XIV al
XVI y su especialísima y peculiar idiosincrasia, amén de por
su dimensión espiritual. Cualquier lugar de cualquier
cultura donde los fieles acudan a rezar es un punto místico
y esotérico de primeras dimensiones.
Me dicen y me informan que los chusmoncillos con veleidades
integristas, es el segundo morabito que incendian y eso, es
en especimenes de esas características bajunas y marginales
una forma, burda por cierto, de hacerse notar y de existir.
“Lo que no entiendo lo rompo” Normal en cabestros
semianalfabetos que suelen ser un ejemplo clarificador de
imposibilidad de integración en Occidente y no lo digo yo,
lo dice el mejor filósofo y politólogo que ha parido la
izquierda socialista europea, mi maestro y adorado Giovanni
Sartori. Destrozan el patrimonio y supongo que, cuando les
metan en prisión, tratarán de incendiar el economato o algo
por el estilo. De hecho la cárcel es el lugar ideal para
quienes atentan con conductas violentas contra la
convivencia, la cárcel y esa medida excepcional que propuso
el ministro francés Sarkozy en el sentido de retirar la
nacionalidad europea a cualquier sujeto responsable
criminalmente de terrorismo de cualquier tipo, incluido el
terrorismo y vandalismo callejero.
Ese francés no hablaba en absoluto con boca de puta sino con
boca de sabio y aunaba en su propuesta el latir de toda una
civilización Occidental poco dispuesta a renunciar ni a que
vengan a joderles , los valores y sistemas democráticos
trabajosamente currados a lo largo de su esplendorosa
historia.
Pero lo del morabito ha sido un acto repugnante en toda
regla, un atentado contra el patrimonio y un delito de
vandalismo y daños, murmuran los ceutíes “siempre son los
mismos” yo ni idea de quienes son “los mismos” de los
cojones, pero mi admirado Nieto tiene que poner los idem
encima de la mesa y ordenar a maderos, picoletos y demás que
empiecen las redadas, las detenciones y las puestas a
disposición judicial y que amen de la pena que le pueda caer
a los bestias, que les embarguen sus bienes por el valor de
la restauración del monumento histórico. De ese morabito que
a nadie jamás mal hizo y que aglutinaba en su corazón miles
de oraciones de buenas personas.
No han incendiado un monumento sino un símbolo de fe y de
esperanza, un lugar de paz y de recogimiento y un edificio
patrimonial que a los ceutíes no les sale de las pelotas que
sea víctima de estragos vandálicos.
¿Qué que se hace con “los mismos”?Pues de entrada pegarles
una patada en el culo que para sacarles el zapato haya que
hacerles una cesárea y después pasaportarlos a países y
lugares más acordes con sus instintos, ya que esta visto que
aquí no pueden estar y que van a acabar malamente, por
supuesto, el que acaben malamente nos importa a toda la
colectividad un carajo, lo malo es que, mientras tanto son
muy porculeros y quitan calidad de vida. Eso si, lo que no
entienden tienen todo el derecho del mundo a romperlo, pero
no en Occidente, mejor en Irán que es un país donde hay
mucha movida, o en esas cunas de los derechos humanos y las
libertades que son los Emiratos. Que por romperse se rompan
su chusmona pichurra cascándosela con un adoquín. Pero en
Occidente no. Aquí ni pensarlo.No nos da la gana.
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