No voy a descubrir nada nuevo
diciendo que, en la mayoría de las ocasiones, he mostrado mi
disconformidad con Aróstegui.
Recuerdo que hace muchos años, cuando Aróstegui formaba
parte de los gobernantes de esta tierra, escribí y lo
mantengo que en una de sus intervenciones en un pleno, le
dije chapó. Y lo dije porque en, aquellos momentos, desde mi
particular punto de vista, Aróstegui, había tenido una
brillante intervención.
Después de aquello, no creo que haya otro momento en que le
haya vuelto a repetir ese chapó porque desde entonces,
Aróstegui, ha dejado de pertenecer al equipo de gobierno y
no hay forma de que vuelva a él, por más que lo intenta cada
cuatro años, acompañándose, cada jueves de una publicidad
gratuita en el Faro. Desde la cual lanza sus criticas,
contra todo lo que no les gusta y, naturalmente, si él
estuviese en el equipo de gobierno la cosa cambiaría de la
noche a la mañana porque, entonces, se harían las cosas bien
hechas. Eso es lo que deja entrever en sus escritos de cada
jueves.
Unos escritos que me cuestan un trabajo enorme entender que
se publiquen en el Faro, con la gran amistad que une al
editor con el presidente del Partido Popular, con los
contenidos que llevan de critica al gobierno de los
populares y a su presidente, Juan Vivas.
No, por favor, eso de la libertad de expresión y todo ese
rollo macabeo no me lo vayan a decir, que hace años dejé de
creer que los niños venían de París y los traía una cigüeña
en su pico.
Si a alguien se le ocurre decirme semejante sandez, que aquí
nos conocemos todos, le preguntaría ¿estás de cachondeo?
En fin, como este es otro tema que igual tiene alguna
finalidad que, de momento, no alcanzamos a adivinar, déjemos
las cosas como están y volvamos a las diferencias que, en
varios asuntos, tenemos con el señor Aróstegui. Por cierto,
han sido en muy contadas ocasiones cuando, Aróstegui y el
menda, han intercambiado, almenos, media docena de palabras.
También tengo que reconocer que, Aróstegui, es un buen
encajador en cuanto a las criticas que se le realizan y, por
otra parte, el gran mérito que tiene el seguir intentando,
cada cuatro años, el poder ser uno de los elegidos para
ocupar un puesto de consejero en la Ciudad Autónoma,a pesar
de la negativa del pueblo a darle su voto de confianza una y
otra vez .A eso, como sé positivamente que le gusta una
jartá el fútbol, se le llama tener más moral que el
Alcoyano.
Y mire usted, amigo guardia, lo que son las cosas que a
pesar de nuestras diferencias, a veces, aunque parezca
increíble estamos de acuerdo.
Aróstegui, igual no le gusta, a venido a darme la razón en
cuanto nosotros llevamos escribiendo, por activa y por
pasiva, las grandes ventajas que consiguieron del Partido
Popular todos los que pertenecieron al GIL , colaborando
estrechamente con ese grupo de gestión, llegando a ostentar
los mandos de áreas de gobierno durante el año que duró el
gobierno del GIL.
Todos esos más aquellos que proclamaron, a los cuatrovientos,
en una propaganda digna del mejor de los circos, incluso
repartiendo ellos y sus familiares aquellos celebres videos,
pasaron a engrosar las filas de los populares, en cuanto se
puso el voto de censura que llevó a, Juan Vivas, ocupar el
sillón de mando de la Ciudad Autónoma de Ceuta.
Cargos importantes y una buena pasta gansa las que
recibieron y, algunos, continúan recibiendo todos estos
personajes declarados, en la era del GIL, enemigos acérrimos
del Partido Popular.
Vivir para ver que diría la sabia de mí abuela, en cuanto le
diera por observar, durante unos instantes ese gran cariño
que le muestran los populares a sus enemigos. Ya lo decía
aquel: “hay cariños que matan”.Habrá que estar pendientes
porque, igual, la historia no ha llegado a su fin.
Bueno, amigo guardia, le tengo que dar las gracias a,
Aróstegui, por darme toda la razón del mundo, al tocar ese
tema del que, nosotros, llevamos hablando hace mucho tiempo
y en repetidas ocasiones.
El problema se les presenta, a todos aquellos, que nos
acusaban de ser nosotros sólos los que tocábamos el tema, de
lo bien parado y pagados que habían salido todos los
colaboradores del GIL, al pegarse al costillaje del Partido
Popular, que los había acogidos con los brazos abiertos.
Porque ya no somos nosotros sólos lo que hablamos del tema,
también Aróstegui, se ha decidido a tocarlo, recordando en
su escrito varios asuntos entre otros el de la manzana del
Revellín.
El Partido Popular, mostró un gran cariño por todos estos
personajes mientras, por el contrario le volvieron las
espaldas, a todos aquellos que lucharon con todas sus
fuerzas en defensa de los populares.
Gracias, señor Aróstegui, por darnos la razón en cuanto,
sobre el asunto, veníamos comentando. Ya no estamos sólos y
habrá que repartir las culpas.
A la manzana, Aróstegui, le han dado muchos bocados, más de
la cuenta.
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